El narcotraficante Sergio Enrique Villarreal Barragán, El Grande, fue el primer testigo llamado por la fiscalía estadunidense para declarar en el juicio contra Genaro García Luna, e hizo una detallada descripción del crecimiento del cártel de Sinaloa durante el tiempo en que trabajó en dicha organización, entre el 2001 y el 2010, cuando fue detenido.
Señalando un mapa de la República Mexicana, El Grande recordó que “en 2001 el cártel controlaba seis estados” pero en 2010, cuando fue detenido, ya controlaban 18; de manera que el capo fue nombrando a cada uno de ellos.
“Los pagos (hacia Genaro García Luna) crecieron como creció el cártel y sin ese apoyo hubiera sido imposible”, acusó.
Vistiendo un elegante traje negro y corbata del mismo color, el cabello corto y gris, con voz clara, pausada y ya ausente el acento norteño, Sergio Villarreal Barragán, hizo un recorrido de su historia personal, su ingreso a la Policía Judicial Estatal de Tamaulipas y su primer trabajo a la orden de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y el cártel de Juárez, “el más poderoso entonces” destacó.
Rutas de trasiego y sobornos a funcionarios
A decir de El Grande, conflictos con el cártel del Golfo que dirigía Osiel Cárdenas, los cuales “quemaron mis negocios y mataron a mi cuñado”, lo hicieron acercarse a Arturo Beltrán Leyva, "en ese momento socio de El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada”.
Asimismo aclaró que su papel fue armar rutas de trasiego de drogas del centro al norte del país y acercarse a funcionarios “para entregar sobornos”.
"Nos entregaba uniformes, camionetas clonadas y charolas"
El capo refirió que Beltrán Leyva le dijo que su relación con las autoridades se limitaba “a la AFI en todo el país” porque las policías estatales y municipales trabajaban con Cárdenas Guillén.
Como parte del acuerdo “la Agencia Federal de Investigaciones” que ya dirigía Genaro García Luna, “nos entregaba uniformes, camionetas clonadas y charolas que son credenciales de identificación de la agencia"
—¿Usted cómo se llamaba?- quiso saber la fiscal
—Mi identificación decía Gerardo Maynez Leal.
—¿Quién le dio su credencial?
—Arturo Beltrán Leyva
Desde un inicio, las preguntas de la fiscal Erin Reid se encaminaron a que el testigo relacionara los presuntos sobornos con los beneficios para el cártel. Los objetivos del cártel de Sinaloa eran “crecimiento, expansión, quitar de en medio a enemigos, expandir el mercado”.
—¿A los funcionarios que les pagaban como los clasificaban?, pregunto la fiscal.
—Eran dos tipos. Cuando usted le paga a un funcionario y éste deja pasar los cargamentos, y otra forma es cuando los funcionarios forman parte de la organización.
—¿Y cuál era la participación del acusado?
—Él formaba parte de la segunda descripción.
“Cuando yo entré (2001) ya le pagaban y lo hicimos hasta que Arturo Beltrán Leyva murió (2008). Sergio Villarreal dijo que tras los presuntos pagos “nos daba información de operativos en contra de la organización, nos facilitaba poner y quitar comandantes en distintas plazas de México y compartía además información para pegarle a rivales”.
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