Desde el sicariato hasta coordinar operaciones financieras o encabezar alguna organización delictiva, el papel que las mujeres han desempeñado dentro del narcotráfico en México se ha reconfigurado con el paso de los años.
Si bien existen personajes como Sandra Ávila Beltrán, Enedina Arellano Félix o Karem Lizbeth Yépez Ortiz que han asumido puestos de liderazgo dentro de distintos cárteles, también existen otras cuya participación se ha limitado a ser la pareja sentimental de grandes capos, o al menos eso se cree.
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“Entre las parejas de los capos hay un lema: una vez que te casas con un narco, nunca dejas de ser su esposa, aunque ya no quieras”, expone Anabel Hernández en su libro Los Señores del Narco (2010).
La reconocida periodista se dio a la tarea de investigar no solo la estructura del Cártel de Sinaloa sino también la personalidad, carácter y vínculos familiares de quien se ha consolidado como uno de los narcotraficantes más relevantes de México y el mundo: Joaquín El Chapo Guzmán.
El cofundador del Cártel de Sinaloa comenzó a cobrar relevancia en 1993 tras su primera detención en Guatemala, en ese entonces ya se había casado por primera vez con María Alejandrina Guadalupe Salazar Hernández, con quien tuvo cinco hijos.
César, Alejandrina Gisell, Claudete Ilene, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo fueron el fruto del primer matrimonio de Joaquín Guzmán Loera, siendo los últimos dos quienes ahora encabezan la facción de Los Chapitos que se encuentra en la mira de autoridades estadunidenses.
Griselda Guadalupe y la dinámica familiar de El Chapo
De acuerdo con información difundida por la periodista Anabel Hernández, aquellas mujeres que se convierten en parejas sentimentales de narcotraficantes pueden dejar de ver a sus maridos durante meses y se resignan a que en ese periodo ellos se involucren con amantes “contando las que pagan y las que enamoran”.
Según el relato plasmado en Los Señores del Narco (2010), tras ser detenido en Guatemala, Joaquín Guzmán Loera negó conocer a una mujer llamada Griselda Guadalupe López, quien tiempo después se confirmaría que es su segunda esposa.
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Conocida también bajo el alias de Silvia Escoto Muñoz, la mujer procreó cuatro hijos junto a El Chapo: Édgar, Joaquín, Ovidio y Grisel Guadalupe.
Al igual que sus medios hermanos, Joaquín, Ovidio y Édgar Guzmán López siguieron los pasos de su padre dentro de la organización delictiva, sin embargo, el último fue asesinado en 2008 en Culiacán en medio de una disputa del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva.
“Como todos los de su oficio, Guzmán Loera es un hombre muy solitario. Son pocos los momentos que estos sujetos pueden pasar con sus familias. Apenas una o dos veces al año logran reunirse con sus parientes en hoteles o ranchos. Unos minutos, unas palabras y adiós”, narró Anabel Hernández en su polémico libro publicado en 2010.
Con dicho precedente la periodista sostiene que es común que a lo largo de su vida los narcotraficantes acumulen múltiples relaciones sentimentales. Aunque algunas que se limitan únicamente a encuentros físicos, en caso de procrear hijos nunca se desentienden de ellos ya que consideran la paternidad como otro símbolo de poder.
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La lista de romances de Joaquín Guzmán Loera es amplia, sin embargo, únicamente Alejandrina Guadalupe Salazar Hernández, Griselda Guadalupe López y Emma Coronel Aispuro llegaron a ocupar el papel de esposa pero también el de cómplices y operadoras de la organización delictiva que encabezaba su entonces esposo.
El día que detuvieron a Griselda Guadalupe López
El nombre de Griselda Guadalupe López se encuentra plasmado en documentos de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, los cuales la señalan como una operardora del Cártel de Sinaloa.
La mujer, nacida el 19 de agosto de 1959, fue detenida en mayo de 2010 en medio de una tensión diplomática entre México y Estados Unidos, país que le exigía al expresidente Felipe Calderón una actuación más activa para aprehender a El Chapo Guzmán.
En aquella ocasión, autoridades federales en coordinación con el Ejército Mexicano y la Secretaría de Marina realizaron siete cateos a inmuebles vinculados con Joaquín Guzmá Loera ubicados en Culiacán que culminaron con la detención de la madre de Ovidio Guzmán López.
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Información de Anabel Hernández apunta a que la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) buscaba aprehender a la ex esposa del capo para investigarla por presuntamente haber lavado dinero para el Cártel de Sinaloa.
Griselda Guadalupe López llegó esposada y encapuchada a las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) ubicadas en la Ciudad de México, no obstante, logró salir como si nada de la dependencia, una decisión que le valió un sinfín de críticas a Felipe Calderón.
Días después un reconocido diario estadunidense reportó que la madre de dos de Los Chapitos había sido puesta en libertad por órdenes del gobierno federal ya que, supuestamente, el ex presidente panista temía que se desencadenara una ola de ataques en represalia por su detención.
Además de Anabel Hernández y del documento de la OFAC, es poca la información que se tiene sobre la segunda esposa de Joaquín El Chapo Guzmán.
Lo último que medios locales de Sinaloa reportaron sobre Griselda Guadalupe es que la mujer se habría encargado de cubrir los gastos funerarios de aquellos sicarios que murieron abatidos tras la jornada de violencia que se desató en Culiacán para intentar frenar la aprehensión de El Ratón el pasado mes de enero.
Aunque todo quedó en especulaciones, Griselda Guadalupe se ha enfrentado no solo al deceso de su hijo Édgar Guzmán, sino también a la detención y extradición de su ex esposo y ahora también de su hijo Ovidio Guzmán López.
ATJ