Emiliano Gironella recuerda que se propuso dos cosas tras escuchar las más crudas y terribles historias de horror que había conocido en su vida: “cuando te platica un niño que supo que su papá estaba muerto porque llegó su cabeza en una hielera o la dentadura dentro de un tambo de concreto”.
Esas dos metas fueron: reivindicar la figura del policía que deja su vida en un servicio y que en cualquier otro país sería un héroe y no motivo de vergüenza como México y cicatrizar todo ese dolor.
Para ello trabajó con un grupo de pequeños, hijos de policías federales caídos o violentados en servicio, los puso a dibujar, él mismo hizo cuadros en los que vuelca todo este dolor.
En entrevista con Carlos Marín para El asalto a la razón, Gironella explicó que el trabajo que realiza a través de la Fundación Manos Manchadas de Pintura es impartir talleres dirigidos a niños huérfanos de policías caídos en acciones de combate a la violencia.
De toda esta experiencia surgió la iniciativa de hacer una exposición, luego un libro y también un documental que en estos días se presenta en Italia y a final del año en México, titulado Cicatrizarte, dirigido por el cineasta Enrique Arroyo.
“Empecé este proyecto en los momentos de gran violencia que está viviendo México; yo creo que la sociedad, gobierno e instituciones tenemos que hacer un mismo frente para dignificar a los servidores públicos a los que les exigimos que nos protejan.
“Especialmente debemos hacer eso porque ahorita toda la infancia de este país quiere ser narcotraficante o sicario gracias a las series más vistas de Netflix”.