Jesús fue víctima de una confusión y del enardecimiento de los vecinos de la colonia Tlazala, en el municipio de Los Reyes La Paz, quienes tras confundirlo con un presunto delincuente lo golpearon y hasta le prendieron fuego con gasolina.
“Sí sentí miedo, me apegué a Diosito y dije: ayúdame”, así recuerda los hechos ocurridos el pasado 6 de junio en la zona oriente del Estado de México.
Fueron momentos de angustia los que vivió mientras decenas de habitantes lo acorralaron para lincharlo, el pasado 6 de junio, luego de que una mujer de identidad desconocida lo señalara como el responsable de haber abandonado el cuerpo de una persona sin vida envuelto en cobijas dentro de un mueble en un terreno baldío.
“Yo no sé de dónde salió la multitud, me querían linchar, gracias a Dios no me lincharon pero yo no podía decir una mentira si fue verdad que yo solo iba pasando por ahí”
“Se acercó una mujer, desconozco quién sea y dijo que yo había sido, que cuánto me habían dado por eso. Ordenó que trajeran gasolina, ella misma me prendió y van llegando los policías y me apagan”, recordó.
La asociación civil de Derechos Humanos ‘Amor y Rabia’ intervino para defenderlo y aportó videos captados por cámaras de videovigilancia que demuestran que Jesús solo pasó por el lugar; su único error fue buscar entre los deshechos que lanzan en la zona para ver si algo le servía para vender para el sustento de su familia.
El hombre de 49 años es padre de tres jóvenes, de 25, 23 y 15 años de edad. Ese día cruzó por la zona para ir al tianguis conocido como “Andrés Molina”, donde vendía bisutería y artículos para mujer.
“Aquí está una de las fotografías con las cuales ya cuenta la Policía de Investigación, en este caso también el Ministerio Público de homicidios de esta región, donde se les hace el señalamiento que el señor nunca trajo esa alacena, el mueble donde aparecieron los restos.
“Aquí podemos ver todas las lesiones de su pierna, lo quemaron, estas son las pruebas que nosotros presentamos”, explicó Fabiola Villa, integrante de la Defensoría de Derechos Humanos Amor y Rabia.
Hoy Jesús teme por su seguridad, pues su fotografía fue difundida en redes sociales donde las personas continúan incitando a otras para buscarlo y “hacer justicia por su propia mano”.
“Tengo que recuperarme y seguir echándole ganas a trabajar, porque somos de bajos recursos y de ahí de mi trabajo comía mi familia. Yo hasta les conté a ellos que ahí llevaba los 30 pesos para mi hijo, para que se fuera a la escuela y mi chicharrón para la comida”, finalizó.
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