“El Marro”, lo convirtió en su última guarida. Puso a gran parte de la población de su lado y a la policía municipal bajo sus órdenes. Hoy, los ciudadanos y hasta el mismo alcalde, viven con miedo.
La pequeña presidencia municipal está rodeada de elementos de las fuerzas del Estado y el alcalde permanece custodiado las 24 horas del día. Policías con armas largas y equipo de protección lo vigilan en su trabajo y en su casa, alertas ante cualquier ataque.
“Todos tenemos temor, no lo niego. Sé que es una responsabilidad muy grande y corro riesgo, pero vale la pena hacerlo por el bien de Juventino”, dice el alcalde Fernando Gasca Almanza quien no buscaba este puesto.
El líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortiz, está preso en El Altiplano desde hace más de un año, pero en Juventino Rosas en Guanajuato, no logran superar la violencia en que los dejó hundidos.
Aquí lo aprehendieron en agosto del año pasado. En sus últimos meses de fuga, los policías municipales colaboraban para impedir que las fuerzas armadas y estatales pudieran acercarse a su refugio.Mujeres y niños eran usados en primera línea de fuego para obligar a las autoridades a suspender la cacería contra el líder huachicolero.
Aquí, el comandante de uno de los turnos de la policía municipal fue abatido por la Guardia Nacional cuando llevaba en su cajuela un cuerpo desmembrado con los machetes con que lo había hecho pedazos. A un grupo de jueces cívicos les detectaron una bodega de almacenaje de droga propia, ajena a decomisos. Y aquí, el director de Tránsito, Juan Carlos Jiménez Badillo está acusado como el presunto autor intelectual del asesinato del precandidato del PAN a la alcaldía, Juan Antonio Acosta Cano.
Así llegó a la campaña Gasca Almanza quien había aceptado registrarse solo como suplente. Ganó y llegó a la alcaldía con una corporación de seguridad que estaba bajo las órdenes de un presunto asesino y colaborador del Cártel de Santa Rosa de Lima. Quedarse rodeado de personal coludido, era un suicidio.
Hace dos semanas los despidió a todos y entregó la seguridad al Estado con apoyo de la Guardia Nacional. La presidencia municipal está rodeada de elementos de las fuerzas del estado y él vive custodiado las 24 horas del día por policías con armas largas y equipo de protección ante cualquier ataque.
“La decisión de que se vayan todos es porque yo no puedo señalar en lo particular ‘tú sí y tú no’, muchos estaban enterados de lo que estaba pasando y ahí está la desconfianza. Y yo tengo que protegerme, yo creo que esta gente no se tienta el corazón para hacer a un lado a quienes estamos aquí. No hubo otra medida más que solicitar la protección”.
MILENIO acompañó al comandante Cortés, encargado del Mando Único en Juventino Rosas, al primer recorrido matutino al cumplirse dos semanas a cargo de la seguridad.
“Nuestro trabajo es ahorita la proximidad, que la gente sienta que estamos aquí. No tenemos ninguna orden de represión, nada de eso, la idea es que nos tengan confianza”, dice a bordo de la unidad con última tecnología y cámaras que vigilan sus patrullajes para detectar algún ataque.
No han tenido reportes del alto impacto ni enfrentamientos ni los asesinatos que solían ser frecuentes en los últimos meses; “parece que se escondieron todos los malos”, dice una comerciante entre risas y alivio.
Aunque pareciera que entre el municipio y el Estado, todavía no se ponen del todo de acuerdo. Por un lado, el alcalde dice que el Mando Único no puede ser por toda la administración, sino que se revisará hasta el primer año; y por el otro, el secretario de seguridad estatal Álvar Cabeza de Vaca sostiene que se quedarán al frente toda la administración.
Y por lo pronto, ninguno asume la responsabilidad ni los resultados que les corresponde. El presidente incluso, reconoce que hay deficiencias.
“Tal vez ahorita tengamos algunas deficiencias, sí lo acepto. Como cuestiones de vialidad, algunos no ubican bien las comunidades, pero estamos en constante diálogo para ir quitando esas diferencias o detalles que todavía no han dado resultados. Creo que tiene un gran trabajo todavía por delante los cuerpos policiacos estatales como trabajo de inteligencia y no dudo que vayamos a tener éxito”.
Mientras Cabeza de Vaca advierte que “no queda exento el municipio en el tema de seguridad porque estemos nosotros ahí ¿eh?, ellos tienen mucho trabajo en todo lo que tiene que ver el tema de seguridad, protección civil, justicia cívica, de prevención social de violencia y delincuencia, o sea, no se exime el municipio de algunas tareas de seguridad pública”.
Al preguntarle cuáles son los resultados a los que se compromete, responde que “a tener de los mejores policías y con el mejor equipo y de las mejores tecnologías de este país, atendiendo la prevención del delito, las conductas violentas y su reacción”, y pide esperar para que sean visibles los resultados en incidencia delictiva.
A los 77 policías municipales y 24 de tránsito los sustituyeron 150 de las fuerzas del Estado, más equipos adicionales de la Guardia Nacional. La mayoría de los comerciantes dicen sentirse más seguros.
“Ahorita está al revés de antes que algunos (policías) lo hacían por bien pero otros trataban de arañar. Ahorita con ellos (los estatales), o tenemos preocupación de nada, ni de un ratero, se puede uno levantar más tarde. Ya ve que antes pedían cuotas y esto y lo otro, a mí no y ni quiero tampoco, pero aquí todo se sabe y aquí en el jardín no han molestado a nadie”, dijo Rubén, vendedor de fruta.
Pero otros, como Mauricio, coinciden con el presidente municipal en que fuera de la zona centro, no hay presencia “sigue igual, todo lo mismo de siempre, no cambiado nada. Ahorita es mucha seguridad pero nada más en el área de aquí de la seguridad pero en las orillas sigue igual todo”.
“El Marro” cumplió 13 meses en espera para su juicio, mientras los poco más de 80 mil habitantes de Juventino Rosas anhelan que la paz que vivieron por muchos años, al fin regrese.
dmr