Muy cerca de la Ciudad de México, en el municipio mexiquense de Naucalpan, está el rancho "Los Tres García", uno de los principales refugios del narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, capturado por fuerzas federales en 2010.
Fue uno de los criminales más poderosos y sanguinarios de México, traficaba principalmente cocaína a Estados Unidos, a pesar de que se le conoce una cercanía casi paternal con el fallecido, Arturo Beltrán Leyva, siempre ha sostenido que nunca fue empleado de ningún cártel.
“Siempre he trabajado sólo…es mejor, no recibes órdenes de nadie”, sostuvo Valdez Villareal en un interrogatorio tras ser capturado hace nueve años.
Antes de caer en desgracia, La Barbie era amante de los grandes lujos y el placer así lo demuestra lo que queda del rancho que MILENIO recorrió minuciosamente.
La narcofinca de 21 mil 302 metros cuadrados quedó en el abandono desde la detención del capo. Ahora sólo hay basura, escombros y un par de policías municipales que custodian el lugar a la espera de que se convierta en una universidad pública.
La casa grande está en las ruinas, la inunda un intenso olor a humedad y podredumbre, respirar se vuelve difícil. La propiedad entera ha sido saqueada, en las paredes hay cientos de huellas de lo que parece haber sido la búsqueda incesante de un tesoro escondido.
Al caminar uno tropieza con vidrios rotos, un colchón abandonado en muy malas condiciones, las alfombras originales que acumulan polvo, cascajo y hasta heces fecales.
En lo que alguna vez fue la sala y el comedor, sobreviven una mesa de billar con el paño hecho girones y a un lado un sillón de cabeza, en sus mejores tiempos lucía una tela aperlada, ahora se llena de polvo y sirve de mausoleo para unas lagartijas que encontraron su final en tiempos de hambre.
Una jauría de perros habita el lugar, buscan un remanso donde refugiarse de la intemperie, ya que el lugar está en el ejido Los Remedios, a unos 30 minutos de la mancha urbana. No se divisan más de diez construcciones aledañas. Hace calor aún en octubre y la humedad cala.
También lo han invadido algunos sapos, garrobos y caracoles. Los veladores lo atribuyen al riachuelo que bordea la finca, por la parte trasera. En el techo del garaje hay hollín, evidencia de fogatas para iluminar la vigía nocturna.
A unos cien metros de la casa, está el lienzo charro donde los más renombrados jinetes ejecutaron sus mejores suertes ante La Barbie y sus invitados. Donde antes había algarabía y fiesta, ahora solo hay ruinas.
Carlos Arturo Montemayor González, El Charro, suegro de La Barbie, a quien se le atribuye la propiedad, intentó convertir a Naucalpan en “una capital de la etiqueta charra de elite”, sin imaginar que también iba a ser detenido en 2010.
“Lo mejor de lo mejor, bajo las majestuosas instalaciones del rancho Los Tres García”, así se anunciaban los torneos que se realizaban en el rancho hace 10 años, en el 2009, antes de la debacle familiar.
En la zona VIP del lienzo, se pueden ver aún algunos acabados de lujo con columnas de mármol y un cuadro que reproduce, de forma atropellada, “La creación de Adán”, obra del renacentista Miguel Ángel.
Vecinos de la zona que pidieron el anonimato hablan de entradas y salidas constantes de caballos “bailarines” de pura sangre, desde árabes hasta españoles. “Esos sí eran caballos, hasta vacas tenían.” Una anciana tercia, “las fiestas duraban hasta quince días. Escuchábamos la música y hasta balazos. Pocos vivíamos aquí en ese entonces. La policía nunca llegaba”.
La propiedad decomisada en 2011 y valuada entonces en 69 millones de pesos, fue donada por el actual gobierno federal a Naucalpan, tras un infructuoso intento por subastarla... nadie la quiso.
Se pretende edificar una universidad, para que los naucalpenses no tengan que trasladarse a la capital, lo que implica gastos elevados de transporte, que muchos no pueden solventar. El único problema será resolver cómo llegarán los futuros estudiantes, pues alrededor del rancho solo hay terracería...el transporte ni llega.
bgpa