Carlos circulaba sobre avenida Francisco del Paso y Troncoso cuando tres personas, a la altura de la estación Apatlaco, de la Línea 8 del Metro, le cerraron el paso, chocaron sobre los carriles del Metrobús y lo obligaron a que se orillara para reclamarle que él había tenido la culpa del percance automovilístico; sin embargo, era una trampa para golpearlo y asaltarlo.
La víctima, quien por seguridad reservó dar su verdadero nombre, circulaba con dirección al sur de la Ciudad de México cerca de las 18:30 horas de ayer, pero en el cruce con Eje 5 Sur Purísima, en Iztapalapa, un Volkswagen Vento blanco sin placas comenzó a meterse en su camino, por lo que decidió rebasarlo.
Sin embargo, el conductor del auto blanco se metió por el carril confinado del Metrobús y chocó contra unos separadores de plástico que dividían la vialidad, posteriormente metros más adelante volvió a interceptar a Carlos, le cerró el paso para echarle la culpa de dicho choque.
“Aceleré para intentar rebasarlo y el del Vento intentó darme un cerrón, pero en el movimiento se metió al carril confinado del Metrobús y se estrelló. Entonces luego me rebasó sobre el mismo carril del Metrobús y se detuvo frente a mí. Se bajó y venía con otro hombre y una señora. Ella era medio gordita, chapara y morena; uno de ellos era de tez morena, ceja depilada y con una playera holgada y el tercero era barbón y con lentes. Se bajaron y golpearon los vidrios de mi carro; uno en cada lado y la señora tapó el paso para que no me moviera”, narró la víctima a MILENIO.
De acuerdo con él, uno de los hombres le dijo que le debía pagar por los daños ocasionados al Vento incluso cuando nunca fue un choque directo entre ambos automóviles, por lo que comenzaron a presionarlo para que se orillara.
“Uno de ellos me empezó a gritar y me dijo que le iba a pagar. Bajé un ranura del vidrio y le pregunté cuál era el problema pues ni siquiera habíamos chocado, pero él insistió que fui quien que me había cerrado y por eso su Vento se dañó la facia. Le comenté que si era eso que me dejara hablarle a mi seguro y exigente me ordenó que no lo hiciera y me dijo 'no le hables al pinche seguro porque no me van a pagar porque no me pegaste, tú me tienes que resolver ahorita (…) no tengo tu pinche tiempo'”.
Incluso, cuenta la víctima, uno de los hombres comenzó a jalar la manija del automóvil y se alzó la playera mostrando un objeto que se habría tratado de algún arma.
“Cuando hace eso, los otros comienzan a coordinarse; el de lentes paró el tránsito y la señora empezó a gritarme que me orillara y al avanzar de los carriles de alta, de manera instintiva apagué el carro y los seguros se liberaron y uno de los tipos escuchó y abrió la puerta”.
En la carpeta de de investigación iniciada por estos hechos, de la cual MILENIO tiene copia, se asentó que uno de los delincuentes comenzó a golpear a Carlos en la cara así como a darle algunos rodillazos, momento en que el ladrón se metió al carro y tomó el teléfono celular que estaba en el asiento del copiloto.
“En ese momento que la abre empezaron los golpes. Metí el brazo para defenderme, pero él aprovechó que estaba yo con el brazo hacia arriba y metió su cuerpo completo como si se acostara sobre mí para estirarse y agarrar mi celular; lo sacó y se fueron corriendo los tres hacia el Vento y se fueron en dos segundos (…) justo cuando estaban los golpes pasó una patrulla junto a nosotros y y le toqué el claxon varias veces, pero no se detuvo”.
Carlos cuenta que al rendir su declaración en el Ministerio Público, personal de éste le comentó que casos como estos “es bien común y ya van varios en la semana y que a un chavo le quitaron hasta su carro”, en el tramo de las estaciones Aculco, Apatlaco e Iztacalco del Metro.
bgpa