La escolta del escolta falló. Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini, cayó ante las autoridades, luego de que su cuerpo de seguridad, encabezado por Jorge Humberto Figueroa Benítez, El 27, no pudiera rescatar a su jefe directo del operativo dirigido por la Guardia Nacional.
El 27 era el encargado de la seguridad perimetral y operacional de El Nini, quien a su vez, era el jefe del brazo armado de Los Chapitos. Así, el trabajo de Figueroa Benítez era, además de vigilar que las autoridades no lo aprehendieran, supervisar la operación de los laboratorios de fentanilo que operaba Pérez Salas.
“Figueroa Benítez se encarga de la seguridad personal de Pérez Salas y coordina la producción de fentanilo y tráfico de Pérez Salas. Ambos son líderes y comandantes de Los Ninis, un grupo particularmente violento de personal de seguridad de Los Chapitos”, aseguran agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus sigla en inglés) que pudieron infiltrarse en el cártel.
Ya desde 2019, las agencias de seguridad mexicanas habían identificado que Néstor Isidro Pérez tenía su centro de operaciones en Culiacán, Sinaloa, desde donde ordenaba secuestros, torturas y asesinatos.
Tanto Figueroa Benítez como su jefe, Néstor Isidro Pérez, tienen conocimiento de procedimientos y tácticas militares, pero ayer, cuando los agentes federales rodearon la casa de El Nini en la calle Villa Choix, en Culiacán, no les funcionaron.
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“Recibieron entrenamiento tipo militar en varias áreas de combate, incluyendo guerra urbana, armas especiales y tácticas y eficiencia en tiro de precisión”, se detalla en una acusación federal que incluye a El Nini y a El 27, junto a varios operadores del cártel de Sinaloa, entre ellos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Los Ninis son una de las células más violentas al interior del cártel de Sinaloa. Lograron que en octubre 2019, a través de la violencia, Ovidio Guzmán López, El Ratón, fuera liberado tras ser detenido en Culiacán una primera vez. Y en enero de 2023 también estaban a cargo de la seguridad de Ovidio cuando fue detenido, esta vez de forma definitiva, en una finca en Jesús María, Culiacán.
“Los Chapitos usan su poderoso aparato de seguridad para demoler negocios que no los apoyan, capturar territorios en pugna, intimidar civiles y atacar a autoridades”, detallan autoridades estadunidenses, quienes probablemente habrían causado la detención de El Nini por una solicitud de extradición.
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