De amparos a amenazas: la batalla por extraditar a los líderes de Los Zetas a Estados Unidos

Alrededor de una década ha transcurrido desde que los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales fueron aprehendidos al ser identificados como líderes de un despiadado grupo criminal generador de violencia en diversas entidades del país.

De amparos a amenazas: la batalla por extraditar a EU a los líderes de Los Zetas | Milenio
Anel Tello
Ciudad de México /

Durante los primeros diez años de los años 2000, el este de México padeció los estragos de la expansión de la que es considerada como la organización criminal más sanguinaria y violenta que ha operado en el país: Los Zetas.

Aunque su origen se remonta a finales de los noventa cuando Osiel Cárdenas Guillén reclutó a soldados de élite del Ejército Mexicano para conformar su propio brazo armado dentro del Cártel del Golfo, con el pasar de los años el poderío que dicho grupo paramilitar alcanzó los llevó a independizarse y a operar por cuenta propia.

En dicho proceso los apellidos Treviño Morales comenzaron a cobrar relevancia en el hampa del país. Y es que, más allá de su amplio portafolio delictivo, fue la brutal violencia con la que los líderes de Los Zetas operaban la que consolidó a dos hermanos como los líderes criminales más temidos del país.

"A diferencia de otros grupos criminales, los Zetas no compraban alianzas, sino que aterrorizaban a sus enemigos. Torturaban a sus víctimas, colgaban cadáveres y mataban indiscriminadamente [...] Los Zetas preferían tomar el control del territorio al estilo militar, manteniéndolo por la fuerza y explotando sus oportunidades criminales. Aunque su entrenamiento militar se diluyó con el tiempo, su brutalidad no", describe un informe de InSight Crime al cártel de la última letra.

Con Miguel Ángel y Omar Treviño Morales al frente, la organización criminal logró expandirse desde Tamaulipas a Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí, Veracruz, Zacatecas, Puebla, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Guanajuato, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo.

Además del trasiego de drogas, en los territorios donde tenían presencia Los Zetas coordinaban actividades criminales como el secuestro, extorsión, tráfico de personas, robo, operación de bares y giros negros, prostitución, narcomenudeo, explotación ilegal de recursos naturales, robo de combustible, entre otros.

Con dichos precedentes, los también llamados Z40 y Z42 se convirtieron en objetivos prioritarios no sólo de autoridades mexicanas sino estadounidenses, una circunstancia que llevó a su eventual detención.

La detención de los líderes de Los Zetas

Miguel Ángel Treviño Morales, alias El Z40, fue el primero en caer. En julio de 2013 un alto mando del Ejército Mexicano dio a conocer que el líder del cártel de la última letra había sido detenido mientras circulaba a bordo de una camioneta a aproximadamente 27 kilómetros de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Miguel Ángel Treviño Morales, El Z40, líder del cártel de Los Zetas.

En aquel entonces, el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta cinco millones de dólares para quien proporcionara información relevante para su captura.

Casi dos años después, en marzo de 2015, Omar Treviño Morales fue detenido en San Pedro Garza García en Nuevo León, uno de los lugares de más alto nivel socioeconómico del país. La detención del Z42 también valía cinco millones de dólares para el gobierno de Estados Unidos.

Omar Treviño Morales. (Especial)

En ambos casos, el gobierno del país vecino solicitó formalmente su extradición luego de presentar cargos en su contra por delitos como participar en una organización delictiva continua, conspiración de tráfico de drogas, posesión y uso de armas de fuego así como conspiración de lavado de dinero internacional.

Pese a su perfil y amplio portafolio criminal, más de una década después de sus respectivas detenciones, Miguel Ángel y Omar Treviño Morales continúan librando una ardua batalla legal en contra de su extradición a Estados Unidos, un proceso en el que el Poder Judicial ha desempeñado un papel clave.

Los jueces federales y la extradición de los hermanos Treviño Morales

Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República de México | Foto: Jorge Carballo

El proceso de extradición en México se sustenta en dos leyes: en los códigos penales en razón de los delitos y en la ley de extradiciones. De acuerdo con la explicación que presentó el fiscal Alejandro Gertz Manero durante la tradicional conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, es la segunda normativa la que establece que el Estado requiriente es el que presenta ante la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) o su homólogo en cualquier país la solicitud correspondiente.

Si el análisis realizado por la dependencia receptora es procedente, se lo comunica a las fiscalías o procuradurías correspondientes para que se desahogue todo el procedimiento y se pueda establecer y solicitar la orden de aprehensión. Resulta imposible extraditar a alguien que no cuente con este requisito.

Dicho proceso, establecido en la Ley de Extradiciones, no puede durar más de 45 días, un límite de tiempo que en los caso de los líderes de Los Zetas, está por demás sobrepasado.

"Tenemos casos de once años, es lo más ridículo y desproporcionado que ustedes se puedan imaginar. En el caso del Z40 y del Z42 son ocho y once años los que han estado echando para atrás las audiencias y todo el argumento es que dicen ellos que ellos no son ellos, que ellos son otros, cuando tenemos todos los procedimientos con las fotografías, con los datos y con todo", refirió el titular de la Fiscalía General de la República (FGR) sobre el caso de los hermanos Treviño Morales.
"Nosotros podemos actuar de conformidad con la ley, nosotros no tenemos problema con las extradiciones pero convertir el derecho de amparo que es una defensa contra el abuso de autoridad en un abuso de autoridad, ese sí de a deveras, es verdaderamente ridículo", puntualizó el fiscal Alejandro Gertz Manero.

Amenazas y argumentos: los frenos de la extradición

EU presenta nueva acusación contra el 'Z-40' y 'Z-42', líderes de 'Los Zetas'

En enero de 2024, fuentes de inteligencia revelaron al periodista Gaspar Vela para MILENIO que los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales habían logrado retrasar su extradición a Estados Unidos mediante una estrategia de amedrentamiento a los jueces que llevan sus casos pues, aunque se encuentran detenidos, continúan operando y manteniendo su poderío.

La información coincide con una acusación presentada el Distrito de Columbia en Estados Unidos, la cual sostiene que tanto el Z40 como el Z42 continúan al frente de diversas actividades ilícitas ya no bajo el sello de Los Zetas sino del Cártel del Noreste, la organización criminal sucesora.

"El Departamento de Justicia está comprometido a responsabilizar a los líderes de los cárteles como los acusados ​​por envenenar a las comunidades estadounidenses y alimentar la violencia aquí y en el extranjero. También estamos comprometidos a trabajar con nuestros colegas nacionales e internacionales en este esfuerzo, y estamos agradecidos a nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley en México por su continua colaboración en este caso", dijo la Fiscal General Adjunta Principal Nicole Argentieri, jefa de la División Penal del Departamento de Justicia.

Aunque autoridades estadounidenses han hecho hincapié en la importancia de la extradición de los líderes de Los Zetas, en México la situación para los juzgadores es aún más delicada. Y es que, de acuerdo con las fuentes consultadas por Gaspar Vela para MILENIO, los hermanos Treviño Morales están detrás del asesinato de al menos diez custodios de los diferentes penales en los que han estado, un destino que los jueces federales temen correr si autorizan la extradición de los líderes criminales a Estados Unidos.

En febrero de 2024 en un ejercicio de réplica, Miguel Ángel Treviño Morales envió una carta a MILENIO en la que aseguró no ser el líder de Los Zetas, además de enfatizar que en 2019 fue absuelto de la acusación que pesaba en su contra por el delito de delincuencia organizada.

Al igual que ante los tribunales, Treviño Morales argumentó no ser la persona que refirieron testigos protegidos sino que existe una homonimia o nombre parecido que ha perjudicado su imagen y el nombre de su familia. Adicionalmente, negó que exista alguna denuncia en su contra por amenaza o sobornos a jueces para evitar su extradición a Estados Unidos.

La extradición de los hermanos Treviño Morales continúa navegando en la incertidumbre y en espera de una resolución que ceda ante los argumentos de sus defensores legales o que, por el contrario, concrete de una vez por todas su extradición a Estados Unidos.

ATJ 

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