Esperanza 'N', la mujer que asesinó —junto con un hombre— a dos ciudadanos de origen israelí en la Plaza Artz de la Ciudad de México en 2019, fue sentenciada a 26 años y ocho meses de prisión por un juez del estado de Morelos.
Esperanza, ahora de 35 años, fue hallada penalmente responsable del asesinato de los ciudadanos israelíes Alon Azulay, de 31 años, y Benjamin Yeshurun Sutchi, de 41 años, quienes comían en un restaurante chino en la plaza comercial el 24 de junio de 2021 cuando fueron asesinados.
El doble homicidio fue cometido por la sentenciada y por otro hombre que la acompañaba. Ambos llegaron al restaurante, tomaron asiento y luego se cambiaron de mesa para estar más cerca de las víctimas, según difundieron autoridades de la Ciudad de México, quienes también confirmaron que el ataque fue coordinado a distancia por otro hombre que estaba en la plaza.
Tras los crímenes, la única detenida fue Esperanza 'N', quien fue trasladada al penal federal ubicado en Michapa, municipio de Coatlán del Río en el estado de Morelos.
El aparato de justicia de la Ciudad de México declinó la competencia y ésta recayó en la Fiscalía Regional sur poniente de la entidad, instancia que sentenció a Esperanza 'N' en un procedimiento abreviado.
Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del restaurante donde se cometió el asesinato, así como los videos del C2, el C5, y de la plaza comercial, junto con los señalamientos de testigos, personal de seguridad privada y policías preventivos, recabados en gran medida por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, permitieron a la fiscalía de Morelos la obtención de la condena de 26 años ocho meses de prisión en contra de Esperanza 'N'.
Otros involucrados en el crimen continúan bajo proceso, como es el caso de Vanessa 'N', alias La Güera, quien también está interna en el penal de Michapa en espera del desarrollo de la audiencia intermedia.
De acuerdo con información confirmada por autoridades mexicanas, las víctimas Alon y Benjamin contaban con antecedentes crimínales tanto en México como en su país y estaban al frente de varias empresas que eran "fachada" de actividades ilícitas, como el lavado de dinero.
A más dos años del caso, se sabe que las víctimas tenían vínculos de trabajo con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y habrían pretendido traicionar a la alta jerarquía del grupo criminal.
ROA