Seis grupos del crimen organizado se disputan el control de Tamaulipas, lo cual ha provocado una violencia permanente en el estado con ataques sin precedentes como el ocurrido el sábado en Reynosa en contra de la población.
Informes de inteligencia del gobierno federal en poder de MILENIO revelan esta “balcanización” del mapa delincuencial en la entidad que en algún momento enfrentó solo al cártel del Golfo contra Los Zetas.
Actualmente, cuatro células del cártel del Golfo y dos de Los Zetas mantienen una pelea a muerte por el control de diversas plazas para el trasiego de droga, armas y migrantes, principalmente.
La característica de estas grupos del crimen organizado es su hiperviolencia al operar.
La fragmentación de Los Zetas quedó en dos: Zetas Vieja Escuela y el cártel del Noreste; mientras que las escisiones del cártel del Golfo están Los Metros, Los Ciclones y su brazo armado Escorpiones, así como Los Rojos y Las Panteras.
De acuerdo con el procurador de Tamaulipas, Irving Barrios, la masacre del sábado en Reynosa, que dejó 15 ejecutados en las colonias Lampacitos, Obrera y Bienestar, se debió a la disputa de la plaza entre Los Metros y Los Ciclones, así como su brazo armado Escorpiones.
De acuerdo a los reportes de inteligencia, la facción de Los Metros tendría dos liderazgos según sus regiones de influencia: en Reynosa, Miguel Ángel Álvarez Campos, 'M-54'; mientras que en Miguel Alemán, Ciudad Camargo, y Gustavo Díaz Ordaz, el cabecilla es Arnoldo Garza Martínez o Bartolo Rodarte Castillo, conocido como 'El Primito'.
Entre los liderazgos de Los Metros, cuya presencia dominante también se encuentra en los municipios de Hidalgo, Villagrán y Mainero, está un personaje sólo conocido como 'Manuelito'.
En cuanto a la célula delincuencial de Los Ciclones, el dirigente es Alfredo Cárdenas Martínez, conocido como 'El Conta Alfredo', y quien es sobrino de los líderes históricos del cártel del Golfo: Osiel Cárdenas Guillén y Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, 'Tony Tormenta'.
'El Conta Alfredo' ya ha sido detenido por fuerzas federales. La primera captura ocurrió el 20 de abril de 2004 en el Estado de México; mientas que la segunda fue el 19 de febrero de 2018 en Matamoros; en ambas ocasiones no se les ha podido fincar cargos.
De acuerdo con el reporte de inteligencia, Los Ciclones tendrían una alianza con el grupo delictivo Zetas Vieja Escuela, además de que cuentan con su brazo armado denominado Escorpiones, idea que retomó de su tío 'Tony Tormenta'.
Esta célula criminal controla Ciudad Victoria, Matamoros, Valle Hermoso, San Fernando, y Río Bravo, municipio vecino de Reynosa, el cual disputan a Los Metros, principalmente por la ubicación del puente de Las Mariposas, el cual conecta con Pharr, Texas, estratégico para el trasiego de drogas, armas y migrantes.
Respecto a la facción de Los Rojos, liderada por Héctor Cresencio de León Fonseca, 'El R-3', mantiene sus puntos de operaciones en Altamira, Tampoco, y Ciudad Madero.
Esta última banda delincuencial se debate en un enfrentamiento con la célula llamada Las Panteras, encabezada por Víctor Manuel Pérez Rico, Pantera 16, y que controlan Soto La Marina, Aldama, Abasolo, y González.
En cuanto a la fragmentación de Los Zetas, la primera escisión denominada Vieja Escuela, está liderada por Antonio Salas Perea, 'El Chihuas', quien tomó la cabeza de la organización tras la captura en 2018 de José María Guízar Valencia, 'Z-43'.
Al tomar el control de Los Zetas Vieja Escuela, 'El Chihuas' decidió hacer ciertas alianzas y pactos con la facción de Los Ciclones, a fin de poder hacer frente al cártel del Noreste.
Esta facción de Los Zetas es la que mantiene presencia en la mayor parte de Tamaulipas, en municipios como San Fernando, El Mante, Ocampo, Méndez, San Carlos, Ciudad Tula, así como 15 municipios más.
Respecto al cártel del Noreste, la más reciente escisión de Los Zetas, mantiene su principal área de operaciones delictivas en Nuevo Laredo, Tamaulipas pero ha logrado expandirse a Nuevo León y Coahuila.
Esta organización criminal está a cargo Juan Gerardo Treviño Chávez, Huevo Treviño, quien tomó el control después de la captura de su padre Juan Francisco Treviño Chávez, Kiko Treviño, detenido el 30 de septiembre de 2016 en Houston, Texas, por autoridades estadunidenses.
En Tamaulipas se vive terror, no 'terrorismo': especialistas
Para tratar de entender la jornada de violencia criminal que se vivió en Reynosa, Tamaulipas, el fin de semana con el asesinato de al menos 15 civiles a manos de organizaciones criminales, merece la pena voltear ver a Robespierre y el llamado Reino del Terror, y diferenciar entre la violencia terrorista y la violencia criminal: la primera buscaría reivindicar una causa, la segunda no tiene más que intereses económicos.
Así lo explica Javier Oliva, profesor investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, quien rechaza los señalamientos de agencias estadunidenses o distintos actores políticos, que han sugerido tipificar este tipo de actos como terrorismo.
En su opinión, sería suponer “que tienen un halo o un tufo ideológico”, cuando solamente son “una punta de delincuentes sin ninguna perspectiva de carácter social”.
“Los terroristas, aunque no estemos de acuerdo, tienen que ver con reivindicaciones de carácter religioso, étnico, separatista o ideológico. Decirles terroristas a los delincuentes es hacerles un favor que no se merecen, porque no hay ninguna reivindicación social”, explica el especialista en entrevista con MILENIO.
Al respecto, Gerardo Rodríguez, director del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la UDLAP, coincide con esta postura, pues aunque los criminales tienen “métodos que causan terror”, no es terrorismo como se tipifica en los códigos penales o internacionales.
“Sus objetivos económicos están en el lucro de las rentas de un mercado ilícito altamente rentable como es la venta y trasiego de drogas, que por supuesto que causa temor y terror, pero terrorismo, no es”.
Ambos especialistas consultados, también concuerdan en la necesidad de voltear a ver el papel del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien estaría buscando heredarle la tarea de la seguridad a la Federación.
Javier Oliva califica la actitud del gobernador como “irresponsable”, pues estaría “rehuyendo a su compromiso cívico y político”; “las partes civiles no están haciendo lo que les corresponde”, advierte.
Gerardo Rodríguez, sugiere que García Cabeza de Vaca “huyó de su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos”; pero no solo el mandatario panista, sino todos los que han contribuido a escribir “una página negra del poder de los narcotraficantes en el norte del país”.
“Es muy fácil para los gobernadores decir este es un problema federal; pues no, la Constitución comparte la responsabilidad entre los tres niveles de gobierno, y los que más han faltado son los gobernadores que se han pervertido”.
En cuanto a la respuesta del gobierno de la República, Gerardo Rodríguez lamenta que las fuerzas del orden no tengan la capacidad para enfrentar “el poder de fuego, de organización y de protección política”, que le otorgan gobernadores y alcaldes.
Mientras que Oliva sugiere que hoy en día “el Gobierno tiene el momento idóneo, la mitad del sexenio, para una revisión y un ajuste para evaluar qué se ha hecho bien y qué se ha hecho mal”, de ahí, la trascendencia que tendrá que la Guardia Nacional formalice su incorporación a la Secretaría de la Defensa Nacional.
ledz/seo