La noche del pasado martes 20 de febrero, la emblemática Plaza de Garibaldi ubicada en la Zona Centro de la Ciudad de México volvió a convertirse en escenario de hechos violentos luego de que dos hombres fueron atacados a balazos mientras cenaban en un puesto de birria de la explanada.
De acuerdo con los primeros reportes, las víctimas se encontraban en la taquería cuando sicarios a bordo de una motocicleta detonaron armas de fuego en su contra, lo que provocó una movilización de cuerpos de emergencia que trasladaron a dos hombres al Hospital General de Balbuena para su pronta atención médica.
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A través de su cuenta de X, el periodista Antonio Nieto detalló que los hombres agredidos fueron identificados como Jacobo Hernández y Byron Molina, quienes estuvieron presos en al menos dos ocasiones por el delito de robo.
Aquellos antecedentes llevaron a autoridades a considerar en primera instancia que el ataque armado en Plaza Garibaldi forma parte de una disputa por el control del narcomenudeo y extorsiones, actividades ligadas a uno de los grupos delictivos con mayor presencia en la capital mexicana: La Unión Tepito.
Si bien serán las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) las que determinen el móvil de la agresión, ésta no es la primera vez que un hecho violento registrado en el icónico sitio turístico es vinculado a la organización criminal oriunda del también llamado Barrio Bravo, pues en 2018, un trágico episodio quedó grabado en la historia del recinto y acaparó la atención mediática por su meticulosa ejecución.
La balacera en Plaza Garibaldi
En vísperas del festejo del Día de la Independencia de 2018, la algarabía y la tradición se respiraba por cada rincón de la capital mexicana, especialmente, en la Plaza Garibaldi en donde la música, el baile, la comida y el consumo de bebidas alcohólicas forma parte de su día a día.
Aquel 14 de septiembre no fue la excepción, sin embargo, nadie se imaginó que la violencia que asedia la capital mexicana interrumpiría la celebración que visitantes nacionales y extranjeros comenzaron en el emblemático sitio ubicado en la Alcaldía Cuauhtémoc.
Fue poco después de las 22:00 horas cuando al callejón de la Amargura, esquina con la calle Honduras de la colonia Centro, arribó un grupo de hombres vestidos con el tradicional traje negro, adornado con detalles metálicos característico de los mariachis.
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Aunque aquel detalle logró despistar por un momento a las personas que se encontraban esa noche en el recinto turístico, todo dio un giro de 180 grados cuando desenfundaron armas largas y cortas que comenzaron a detonar con dirección a un negocio de venta de cervezas.
El ensordecedor sonido de los balazos generó pánico entre los asistentes que rápidamente buscaron resguardarse de las balas, incluyendo los comensales que se encontraban en restaurantes y bares de los alrededores.
Sobre el asfalto quedaron los cuerpos de tres hombres junto al menos 58 casquillos percutidos, según los primeros reportes de la Secretaría de Seguridad Capitalina. Además, múltiples heridos -incluyendo una empleada del establecimiento- fueron trasladados por cuerpos de emergencia a nosocomios ubicados en las Alcaldías Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza.
Por las heridas que les provocaron las detonaciones de arma de fuego, otras tres personas perdieron la vida, dejando un saldo total de seis personas muertas y siete heridos.
Tan solo tres meses después y mientras se recuperaba de las heridas que le provocó la agresión en Plaza Garibaldi, uno de los sobrevivientes fue ejecutado en la colonia Revolución de la Alcaldía Venustiano Carranza.
De forma extraoficial se indicó que la víctima tenía apenas una semana de haber sido dado de alta del hospital cuando sicarios lo acribillaron a las afueras de su domicilio, justo frente a su madre.
A su arribo, policías de la Ciudad de México encontraron alrededor de seis casquillos percutidos de calibre nueve milímetros. No hubo detenidos por ese segundo ataque relacionado a la balacera de Plaza Garibaldi.
La investigación de autoridades capitalinas y la Unión Tepito
Por su meticulosa y peculiar ejecución, la balacera en Plaza Garibaldi no tardó en acaparar la atención de múltiples medios de comunicación nacionales e internacionales, de modo que la entonces Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informó que se inició una carpeta de investigación por los delitos de homicidio y lesiones.
Al lugar de los hechos también se trasladó personal de la Coordinación General de Servicios Periciales y de la Policía de Investigación para recabar indicios que pudieran permitirles identificar a los responsables de la violenta agresión para esclarecer el caso.
Dentro de sus diligencias, la Policía de Investigación solicitó acceso a los videos de las cámaras de vigilancia ubicadas en la zona donde ocurrió el ataque, lo que les permitió rastrear el rastro de los agresores hasta las calles Sol y Luna en la colonia Buenavista, sin embargo, no lograron la aprehensión de ninguno de los responsables en ese momento.
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Por su parte, trabajos de inteligencia expusieron que el establecimiento en donde se suscitó el ataque supuestamente era utilizado como punto de distribución y almacenamiento de drogas del grupo delictivo conocido como Anti-Unión, una célula que mantiene rencillas con la Unión Tepito por el control de economías ilícitas y plazas.
La noche de aquel 14 de septiembre, sicarios de la Unión Tepito habrían acudido a la Plaza Garibaldi tras recibir el aviso de que en el establecimiento atacado se encontraba Sergio Flores, un hombre mejor conocido como El Tortas que fue identificado como un importante líder de la Fuerza Antiunión.
Un par de meses después la Procuraduría capitalina informó sobre la aprehensión de un supuesto responsable del ataque, quien fue identificado como Luis Fernando "N", alias El Rata. Con el caso también fueron identificados otros miembros del grupo delictivo conocidos con sobrenombres como El Huguito, El Manzanas, El Daza y El Cors.
No fue sino hasta 2019 y 2020 cuando las autoridades capitalinas lograron aprehender a otros dos hombres relacionados con el caso. Uno de ellos fue identificado como José Mauricio "H", alias El Tomate , no obstante, quedó en libertad luego de que no se presentó a declarar el único testigo con el que contaba la fiscalía capitalina para comprobar el delito.
En tanto, Jonathan Irving "N" fue ingresado a un centro penitenciario por delitos ajenos a la balacera en Plaza Garibaldi, pues solamente fue procesado por delitos contra la salud y robo agravado.
Aunque la balacera suscitada en Plaza Garibaldi no fue esclarecida del todo por las autoridades, el violento suceso quedó grabado tanto en la memoria colectiva de las y los capitalinos como en la historia del popular recinto que, a su vez, dejó expuesta la disputa que grupos delictivos protagonizan por el control de negocios y plazas de la Ciudad de México.
ATJ