Asesinatos contra periodistas se mantienen en 2019

Cimacnoticias: Periodismo con perspectiva de género

Este año que termina continuó la violencia contra la prensa y cerró con 164 ataques a mujeres periodistas; cinco fueron obligadas al desplazamiento forzado y dos más fueron asesinadas.

Las entidades en las que se registraron más ataques fueron CdMx, Coahuila y Guerrero. (Arturo Black Fonseca)
Anayeli García Martínez
Ciudad de México /

Si bien en el mundo las agresiones letales contra la prensa van a la baja, en México no sucede lo mismo; por el contrario, las cifras se mantienen y la tendencia del gobierno federal es estigmatizar y descalificar a las y los periodistas, una actitud que incrementa el nivel del riesgo que enfrentan.

Por ejemplo, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras, desde 2003 el número de periodistas asesinados nunca había sido tan bajo. En su Balance Anual 2019, el organismo registró que 49 periodistas fueron asesinados, lo que representa un descenso de 44 por ciento respecto al año anterior.

Sin embargo, México registra el mismo número de asesinatos que el año anterior, es decir, 10. En cuanto a mujeres periodistas, hay dos casos documentados: La reportera de los diarios Presente y Tabasco Hoy, Norma Sarabia Garduza, fue asesinada la tarde del 12 de junio de 2019 frente a su domicilio, en Huimangillo, Tabasco. Un vehículo se detuvo frente a ella y abrió fuego.

En septiembre del año pasado fue asesinada la columnista Mara Elizabeth Mares de la O en el estado de Aguascalientes. En este último caso las autoridades siguen sin considerar su feminicidio relacionado con su trabajo periodístico, aunque testimonios de la familia y colegas señalaron a Cimac que la también activista había recibido amenazas.

De acuerdo con Cimac, las entidades donde se registraron más ataques fueron Ciudad de México, Coahuila y Guerrero. En estos casos los agresores fueron predominantemente funcionarios estatales (relacionados con el gobierno de la entidad y la policía estatal), aunque también se registró un aumento de agresiones por parte de civiles.

Las agresiones se trataron de campañas de desprestigio en las que se utilizan narrativas para desprestigiar la labor de la periodista y cuyo contenido de violencia sexual se perfile a denostar su labor o relaciones en sus publicaciones.

Además, organizaciones de la sociedad civil, defensoras de la libertad de expresión, señalaron un aumento de polarización de la opinión pública respecto a la prensa. Como ejemplo, los mensajes en redes sociales que descalifican la labor de las periodistas, provocados por declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En 2019 se observaron ataques digitales promovidos por las autoridades de gobierno. En redes sociales fueron tendencia las etiquetas #PrensaSicaria #PrensaFifí #PrensaVendida y #PrensaProstituta, entre otras campañas que se enfocaron en criminalizar el trabajo de periodistas que cuestionan o contextualizan las decisiones y políticas del Presidente de la República.

En este contexto, la violencia contra la prensa llamó la atención de organizaciones internacionales, por lo que en octubre 17 visitaron México para abordar la situación de impunidad en los crímenes contra periodistas, en el contexto del Día Internacional para poner fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, que se conmemora cada 2 de noviembre desde 2013.

Como parte de esta misión de observación, el miércoles 6 de noviembre una comitiva de defensores de la libertad de expresión asistió a la conferencia matutina del presidente López Obrador, debido a que no consiguió una reunión formal.

Frente a la prensa, la periodista y defensora Silvia Chocarro, el representante en México del Comité para la Protección de Periodistas, Jan-Albert Hootsen, y el integrante de la Red en Defensa de los Derechos Digitales, Luis Fernando García, preguntaron al mandatario qué medidas concretas inmediatas proponía su gobierno para combatir la impunidad en crímenes contra periodistas.

Al respecto, el mandatario respondió que la Secretaría de Gobernación era la encargada de la protección de periodistas y luchadores sociales que corren riesgo por la actividad que realizan y señaló que si las organizaciones internacionales tenían propuestas para mejorar la protección a periodistas las presentaran al subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.

Ante la pregunta de los defensores de si se comprometía a no usar un lenguaje para estigmatizar a la prensa, el Presidente rechazó el señalamiento. No obstante, en varias ocasiones ha llamado a la prensa como fifí. En agosto de 2018 le respondió a una reportera: “No voy a hablar de eso, corazoncito”, y el 31 de octubre mencionó a la prensa: “¿Saben qué llegó a decir Gustavo Madero? Dice: ‘Le muerden la mano a quien les quitó el bozal’”.

Por otro lado, en marzo pasado en México tomó fuerza el movimiento MeToo. En ese momento las denuncias en redes sociales se centraron en el acoso sexual ejercido por reconocidos escritores. Los testimonios animaron a las informadoras a lanzar la campaña #MeTooPeriodistas para revelar el acoso y la violencia sexual en redacciones y ejercida por colegas, jefes y fuentes de información. Estos testimonios llamaron la atención sobre la responsabilidad de los medios para prevenir y atender la violencia contra las periodistas.

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