“Les digo: en tu casa mandaba una mujer”

Historia

La suboficial de la policía capitalina Rosalía Almaraz está al frente de 10 mujeres del grupo de Ateneas, que entre otras funciones, contiene las manifestaciones.

Leslie Ixchel Escamilla, policía capitalina. (Araceli López)
Vanessa Job
Ciudad de México /

Mujeres policías enfrentan violencia de género en sus corporaciones. La policía segundo Leslie Ixchel Escamilla puede ser la protagonista de cualquier serie policíaca de televisión: empoderada, alta, delgada, que mira a los ojos, que porta orgullosa el entallado uniforme de su corporación y que tiene a su mando a 120 policías.

Ser mujer al frente de un sector dominado por los hombres no le ha sido sencillo, pero ella es fuerte. “Lo máximo que he escuchado es: ‘¿Cómo ella me va a mandar?’”, dice la subdirectora del sector embajadas, quien toma la afrenta con actitud conciliadora.

“He platicado con ellos y les digo: ‘En tu casa tu mamá te mandaba, ¿no? Fue la que te dio la vida, entonces yo no vengo aquí a mandarte, vengo a invitarte a que trabajes conmigo. No me considero ni más ni menos, vengo a formar un equipo contigo’”, dice, mientras maneja su patrulla rumbo a la Secretaría de Seguridad Pública de Ciudad de México.

Escamilla asegura que desde que llegó una jefa de Gobierno hay más mandos mujeres en la policía. “Finalmente, el señor secretario, el señor subsecretario están al mando de una mujer”.

La suboficial de la policía capitalina Rosalía Almaraz está al frente de 10 mujeres del grupo de Ateneas, que entre otras funciones, contiene las manifestaciones. Ella, tampoco se ha escapado de la violencia de género cuando ha trabajado con hombres de la policía capitalina.

“En lo laboral los compañeros no son tan empáticos, consideran que esto no es cosa de mujeres y que no encajamos en este sistema. La violencia dentro del trabajo es muy fuerte, porque ellos siempre tratan a uno de menos”.

Almaraz recuerda la reacción de sus compañeros cuando les asignaban a una mujer para el patrullaje.

—¿Cuál es el mensaje que quieres dar al participar en paro?— , se preguntó a Escamilla en nuestro recorrido.

—Que todos somos iguales, que todos tenemos las mismas capacidades y simplemente queremos ser escuchadas. Es una forma de protestar, cuestionarlos (a los hombres) ¿qué harían sin una mamá, sin una hermana, sin una prima, sin una hija?, porque somos fundamentales, tanto en la familia como en lo laboral.

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