Perla Díaz decidió dejar su casa después de cuatro años de matrimonio con Juan, quien ejercía violencia física, emocional y psicológica en su contra. Él la denunció por robo y argumentó que esa fue la verdadera razón de su huida. Han pasado casi tres años y todavía está sujeta a proceso por un delito que no cometió.
Ella trabaja en el área de la salud. En 2013 decidió casarse, sin imaginar las agresiones que viviría, hasta que el 25 de diciembre del 2017 decidió salir de esa relación luego de haber sido violentada.
En entrevista con MILENIO, contó que después de casi cuatro años de matrimonio, de los cuales durante unos seis meses sufrió maltratos, tuvo que abandonar su domicilio con ayuda de su familia ya que su pareja contaba con un arma de fuego.
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Ahora, a más de tres años desde que decidió dejar atrás esa relación, Perla continúa con miedo y hasta febrero de 2020 decidió interponer una denuncia por violencia familiar en razón de género.
Su ex pareja la había acusado de robo, sin pruebas, ocho meses después de que lo dejó. Fue vinculada a proceso, cargos con los que aún sigue luchando para poder quedar exonerada.
“Mis abogadas están trabajando arduamente para poder debatir que no hay pruebas acreditables de que yo me robé algo y que si yo me fui ese 25 de diciembre de 2017 fue porque temía por mi vida y no porque me hubiera robado algo”, enfatizó.
Perla contó que este proceso ha sido difícil porque además de tener que lidiar con las audiencias en donde ha sido revictimizada por su agresor y sus abogados, va a la universidad donde actualmente realiza un doctorado. A veces recibe correos asegurando que ella es una ladrona vinculada a proceso los cuales, asegura, son mandados por su ex pareja y su familia.
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Pero pese a las dificultades que ha tenido para acceder a la justicia, en este camino logró encontrarse con la Red de Feministas Nayaritas a quienes se acercó a pedir ayuda y la han apoyado desde entonces en el seguimiento legal y dándole difusión a su caso, pese a que también han querido silenciarlas.
“Yo nunca puse ninguna denuncia, pero estaba cansada y agotada y ya no podía más, me acerqué a la Red de Mujeres Nayaritas y son quienes han visibilizado mi proceso, pero hemos sido también víctimas de ataques para silenciarnos”, comentó.
El pasado 17 de febrero se dictó como medida preventiva contra su agresor un arresto domiciliario por el proceso que ella inició en su contra por violencia. Ahora ella teme hasta salir a la calle, ya que, aunque se supone el acusado debe estar en su casa, ella asegura que eso nadie se lo puede garantizar.
“A mí no me asegura que él está en su casa 24 horas al día… Yo sigo temiendo por mi vida, tengo que seguir ciertas medidas como por ejemplo salir acompañada, no exponerme, no salir sin avisar a donde voy, rastrear todo el tiempo mi ubicación para sentirme segura”, comentó.
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Actualmente, Perla se reconoce como una mujer fuerte y pese a las dificultades que ha tenido en su camino para poder acceder a la justicia, agradece el apoyo brindado por la Red de Mujeres, y asimismo le da fuerza el saber que su caso ha ayudado a que más mujeres alcen la voz, para que todas juntas puedan seguir luchando.
“Mi caso ha dado apertura para que otras mujeres alcen la voz y eso a mí me reconforta un poco porque aunque no ha sido nada bueno lo que estoy pasando, el poder ayudar a otras mujeres me alienta. Como dicen 'hasta que la dignidad se haga costumbre' no debemos de bajar la guardia, porque muchas mujeres han sido silenciadas y yo siempre digo que recuerden a Perla Díaz y que mi voz se escuche a que sea apagada y nunca haya alzado la voz”, finalizó.
DMZ