¿Cómo es un centro de adiestramiento? ¿Qué recuerdan los sobrevivientes? ¿Qué atrocidades cometen los perpetradores? ¿Cómo es la complicidad con las autoridades? A 17 días de que México supo de la existencia del Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, usado como un presunto campo de adiestramiento por el Cártel Jalisco Nueva Generación, DOMINGA recopila testimonios de entrevistas exclusivas, informes, reportes y publicaciones en redes sociales para presentar un coro de voces que cuentan, en primera persona, el horror de los desaparecidos y reclutados a la fuerza.
Los falsos empleos para reclutar a las filas del crimen organizado

Al inicio de la “guerra contra el narco”, el crimen organizado captaba a sus nuevos integrantes usando la fuerza y la violencia. Secuestraban a plena luz del día o amenazaban con matar a la familia, si alguien se rehusaba a irse con ellos a las “diestras” o campos de formación de sicarios. Estos movimientos usualmente derivaban en fichas de búsqueda, testigos en la calle o se “calentaba la plaza”, lo que es indeseado para los cárteles.
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Ahora, el crimen organizado ha sofisticado sus métodos para emplear la menor violencia posible en el reclutamiento, lo que les permite operar en las sombras: usan empleos falsos para atraer a estudiantes o recién egresados o videojuegos de multijugador en línea para cautivar a adolescentes. De ese modo, pareciera que los desaparecidos se integraron a sus filas por voluntad propia.
“Mi hermano Héctor salió de la casa por trabajo para cobrar una deuda, algo normal en nuestro negocio familiar. Nunca volvió, lo engañaron, se lo llevaron con 28 años, en la plenitud de su vida. Éramos una familia feliz y desde que se lo llevaron fue como si nos hubieran apagado una luz interior”.
- Brenda Rangel Ortiz, buscadora de su hermano Héctor, desaparecido el 10 de noviembre del 2009 en Monclova, Coahuila.
“Desde el año 2014 supe que, vía Facebook, se ofertaban trabajos especializados para seguridad privada. Ofrecían equipamiento táctico gratuito y así te dabas cuenta que era para centros de reclutamiento del crimen organizado. No eran necesariamente un engaño, como sucede ahora”.
- Ricardo Balderas, periodista jalisciense.
“Empresa líder en el ramo de la seguridad busca guardias privados. Ofrecemos paga semanal en dólares, bonos y premios por desempeño, ascensos rápidos. Preferentemente militares o policías federales. Lealtad, valor y disciplina”.
- Oferta de trabajo de la empresa de seguridad Segmex, en Jalisco, vinculada en 2016 al Cártel Jalisco Nueva Generación.
“Federico, mi novio, me dijo que tenía cita al día siguiente para un trabajo con una empresa de marketing que le ofrecía 20 mil pesos por dos semanas de trabajo. Yo le dije: ‘amor, ¿no será fraude?’, pero me dijo no, que la empresa tenía Facebook y estaba muy recomendada, que con ese dinero empezaríamos bien el año. Hasta dijo que me iba a comprar mi anillo de bodas [...]. Al día siguiente mandó un mensaje que decía ‘mi amor, ya me voy a mi cita, deséame suerte’. Yo le mandé un beso por mensaje de voz y le dije que escribiera con buenas noticias, pero ya no volvimos a hablar. El teléfono manda a buzón”.
- Andrea, víctima indirecta de desaparición forzada en 2021, entrevistada para el reportaje El CJNG recluta y desaparece con ‘matanza de cerdos’.
“[La víctima refiere] que a finales de septiembre de 2017 le llegó una solicitud de amistad en Facebook de una persona registrada como N. N., al cual aceptó pensando que era algún familiar. Dice que durante días platicaron de diferentes cosas hasta que le ofreció trabajo en Tlaquepaque y en Guadalajara, Jalisco, sin decirle de qué tipo, sólo que viajara y le repondrían el dinero del pasaje [...]”, dice la víctima que aceptó.
“Viajó a Tlaquepaque [...] y le indicaron que en la central de Vallarta Plus preguntara por un boleto que ya estaba pagado a su nombre [...]. Le indicó que fuera a los taxis y entonces un taxista le preguntó que si él era M. M., la víctima le dijo que sí, abordó el taxi y fue llevado a una casa de dos plantas, blanca, número ***, sin recordar la colonia; dice la víctima que ya lo estaban esperando, que entró a la casa y miró a una persona golpeada [...]”.
“Supo que esa persona se quería escapar y por eso la habían golpeado [...]. Entonces la víctima se dio cuenta que ya no iba a salir de esa casa, ya que si salía lo iban a matar”.
- Carpeta administrativa 294/2017 en el Juzgado de Control y Juicios Orales Del VIII Distrito con cabecera en Puerto Vallarta, Jalisco.
“El adolescente N. N. declaró que había estado buscando trabajo desde algunos meses y que en Facebook encontró un perfil que decía ‘si necesitabas trabajo, marca [...]’. Llamó al número que aparecía en el anuncio, lo atendió un hombre al que le proporcionó su nombre, a qué se dedicaba y de dónde llamaba. Esa persona le dijo que le iba a llamar alguien de Guadalajara y luego como en 10 o 15 minutos le llamaron dos veces a su celular para preguntarle si estaba seguro de querer trabajar. Luego, instruyeron que arreglara sus cosas porque ya iban a pasar por él, pero sin decirle de qué era el trabajo y sin él decirles dónde vivía.”
“A las horas recibió otra llamada en la que le dijeron que ya estaban afuera de su casa en un Ford Figo color tinto. Le dijeron que saliera con sus cosas, lo que asustó al adolescente, porque las referencias de dónde estaba el Ford Figo coincidían con su ubicación. No obstante salió, vio el Ford Figo tinto con dos hombres adentro y subió al vehículo por orden de uno que se identificó como N. N, quien le dijo que el trabajo era en una empresa de Puerto Vallarta, Jalisco, a donde lo mandaría en ese momento y pagarían 4 mil pesos a la semana sin decirle nuevamente de qué era el trabajo [...]”.
“La víctima les dijo que mejor no iría, a lo que N. N. le contestó: ‘Mira, mi cabrón, nosotros no andamos con mamadas, tú vas para la escuela de sicarios, así que súbete, si no voy a regresar y voy a levantarte a ti y a toda tu familia la voy a matar’, lo cual asustó mucho a la víctima, aceptó ir y subió al carro en el asiento trasero”.
-Carpeta de investigación 5129/2017 en el Juzgado de Control y Juicios Orales Del VIII Distrito con cabecera en Puerto Vallarta, Jalisco.
“¿Buscas trabajo? Empresa seria ofrece 15 mil pesos al mes, contratación inmediata, no es necesario tener experiencia. Pocos lugares, aprovecha el buen sueldo, capacitación pagada. Requisitos: hombres mayores de 16 años, disponibilidad para viajar solo. Interesados mandar WhatsApp al 331*******. No llamadas, no relajes”.
- Oferta de trabajo, atribuida al Cártel Jalisco Nueva Generación, encontrada en un poste de luz en la Central Camionera de Zapopan, en enero de 2022.
“Mi hermano de 16 años, Luis Ángel Ornelas Galán, está desaparecido desde el día 26 de febrero. Se le vio por última vez en Santa Cruz de las Huertas, Tonalá, Jalisco. Le avisó a mi mamá que le ofrecieron un trabajo por el ‘Cerro del 4’ a él y a otro de sus amigos, quien también está desaparecido. A medio día dejó de contestar mensajes y llamadas”.
Publicación del 1 de marzo pasado, escrita por @danielfrasiago, perfil verificado en Instagram.
Lo que sabemos del rancho Izaguirre, presunto “centro de adiestramiento”
A partir de 2009, México incorporó a su vocabulario el concepto de “fosa clandestina”, como una manera de explicar esos enormes cementerios irregulares cavados por el crimen organizado para esconder los cuerpos de sus víctimas. Los restos encontrados en estas fosas solían corresponder a personas asesinadas en ubicaciones distintas, pero que tenían un mismo lugar de entierro.
Fue hasta 2021 que anexamos otro concepto a nuestro diccionario: “centro de adiestramiento”. Este lugar engloba todo el proceso: el punto de llegada para los nuevos reclutados, un centro de entrenamiento, una escuela de tortura, un campo de cremación masiva y un sepulcro común. Todo en uno, como el Rancho Izaguirre a sólo 40 minutos de Guadalajara, Jalisco.
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“Nosotros llegamos al Rancho Izaguirre por una denuncia anónima. No estaba asegurado, no tenía sellos de las autoridades. Sólo abrimos la puerta e hicimos el trabajo de siempre de búsqueda de campo con nuestras herramientas. Ahí encontramos la evidencia de que hubo mucha gente en ese predio: 200 pares de zapatos, ropa de niñas, mujeres y hombres, manchas de sangre, huesos, tres hornos clandestinos. Ahí descubrimos el horror”.
- Indira Navarro, representante del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
“Ese no es un campo de adiestramiento, es un campo de exterminio. Los conozco bien, llevo años pisándolos”.
- Óscar Sánchez Viesca, buscador de su hija ‘Fanny’ Viesca Ortiz, desaparecida el 5 de noviembre de 2004 en Torreón, Coahuila.
“Hola, disculpen, ¿entre las prendas apareció una mochila de Bob Esponja con rayones de plumones de colores? Mi hijo desapareció hace 6 años, tenía 15 años”.
-Mensaje de Alma Patricia en Facebook durante la transmisión en vivo del 13 de marzo del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
“Mi hijo sólo quería trabajar, ser un ejemplo honesto para su hija. Quería terminar su casita y ahora lo busco en ese maldito rancho”.
- Mensaje de Eduardo Javier en Facebook en una publicación del 14 de marzo del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
“Las desapariciones que tienen como finalidad el reclutamiento forzado tienen una alta incidencia en Jalisco, pero generalmente ocurren mediante tácticas engañosas que mimetizan su carácter violento. Por esto hay pocos reportes en la muestra analizada. Sin embargo, uno de ellos ilustra una modalidad común que ocurre en municipios pequeños o alejados de la región centro de Jalisco: la privación de la libertad simultánea de jornaleros o cuadrillas de trabajadores que son desaparecidos en grupo”.
- Informe “Se los llevó un grupo armado” elaborado por el periodista Lauro Rodríguez y el académico Jorge Ramírez.
“¿Hay más zapatitos? Busco los de mi nieta”.
- Mensaje de Roberta Fernández en Facebook en una publicación del 15 de marzo del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
“Llegué a una casa y lo primero que noté fue el olor a quemado, como a cabello quemado. Me mandaron a una recámara con otros de mi edad, como de 16 años, y no hice nada por tres días. Sólo dormía, bebía cerveza que me traían del Oxxo –estaba prohibido salir, todo lo traían ellos– y comía tortas. En eso llegó un señor, el jefe, uno gordo y nos dijo que nos sintiéramos orgullosos de pertenecer a la mejor 'empresa del mundo' y que no nos preocupáramos porque la ‘empresa’ nos iba a cuidar mucho y hacernos poderosos [...]”.
“Luego preguntó ‘¿quién se quiere ir?’ y [a] los que levantaron la mano los mataron ahí mismo en la recámara, todo terminó manchado de sangre. Nos dijeron que teníamos que obedecer todo o nos iba a pasar lo mismo. Nos hacían fregar los pisos, empacar droga y hasta torturar a tus compañeros. Me tocó ver unos chavos que llegaron juntos, decían que eran amigos desde que eran niños, que sus mamás eran sus madrinas de bautizo, y a uno lo obligaron a matarlo y quemarlo en un hoyo que había por la casa de los jefes. Al que sobrevivió lo mataron a los días porque ya ni comía de la tristeza y así no les servía. Te decían ‘tienes que ser fuerte, que te valga madre el otro; eres tú o él’. Y yo con la esperanza de volver a mi casa, pues elegí hacer cosas por mí”.
- Entrevista a Leonel N., sobreviviente de un campo de adiestramiento en Unión de Tula, Jalisco, a dos horas de Teuchitlán, Jalisco.
“No hay día que no piense en eso y no hay día que no me atormente. Al principio ni podía dormir, pero en ese momento tenía que hacer las cosas para seguir vivo [...] Yo estoy de este lado porque nunca perdí la fe en Dios y lamentablemente, y Diosito lo sabe, a lo mejor tuve que hacer varias cosas para ganarme varios privilegios”.- Entrevista a sobreviviente del Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, realizada por el periodista Víctor Hugo Ornelas de MILENIO.
Las autoridades que cobraron para no ‘ver’ ni ‘oler’ los centros de adiestramiento
Todos los campos de adiestramiento siguen una máxima. Para que se cumplan los objetivos hay que cosificar a las víctimas y despojar de emoción a los victimarios. Convencer a los temibles y los atemorizados de que nadie importa, todos suman cero.
En ese discurso, lo único que tiene valor es el dinero, que permite la operación de esos centros, porque la única forma de explicar su funcionamiento por años es con el apoyo de autoridades locales, que cobran para no ‘ver’ a los angustiados, no ‘oler’ lo que sale de los crematorios ni escuchar los disparos en las noches.
“La finalidad de estos lugares es filtrar, seleccionar y formar cuadros violentos cuyo accionar no quedará del todo bajo control del propio cartel. Estos lugares representan el crecimiento exponencial de las desapariciones, pues una parte de la función de estos futuros sicarios que fueron producto de la desaparición será desaparecer a otras personas”.
- Entrevista Jorge Ramírez, académico en la Universidad de Guadalajara y especialista en desapariciones forzadas.
“Durante el tiempo que estuve en el cártel, vi llegar a muchos chavitos [a los campos de adiestramiento]. Yo entré de 12 años, pero vi que las cosas habían cambiado. Ahora entra puro de 14 o 15, ya no entran niños… o bueno, pues si tienen el valor, pues sí. Dentro del cártel sólo hay que portarse bien, seguir las reglas al pie de la letra y no meterte en pedos, es la única forma de salir con vida de ahí [...]. Poco a poco ese lugar se fue volviendo mi hogar, y los demás sicarios, mi familia, nos cuidábamos, mientras unos estaban dormidos, otros estaban pilas afuera, cuidando de la policía. Eran como hermanos para mí [...]”.“Actualmente, estoy en un centro de internamiento por homicidio calificado, traigo una pena privativa por cinco años. El cártel no pudo ayudarme, andan muy amolados porque apenas mataron a muchos de los miembros [...]. Cuando salga, quiero irme a vivir a otro lado, olvidar todo y recuperar el tiempo perdido. Aquí estoy terminando la prepa y sé que, si quiero, puedo ser alguien en la vida. Ya fui de lo peor, ahora quiero ser de lo mejor, que mi familia diga un día: ‘Éste fue el que nos sacó más problemas, pero pudo hacer las cosas bien’”.
- Testimonio del menor de edad Raúl N., de Guadalajara, Jalisco, publicado en el informe “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada” de la organización Reinserta.
“También hacía entregas de rifles y pistolas a los campos de entrenamiento de los cárteles. Entregaba y me iba, pero a veces me quedaba a ver, por curiosidad, ¿no? Y la verdad sí sentía feo porque ves a los chavos todos madreados, bien espantados, se les nota que no quieren estar ahí. Te ven con cara de ‘ayúdame’, pero yo no podía hacer nada por ellos”.
- Entrevista a Xavier N., expolicía militar, traficante de armas y participante en el documental “Una jauría llamada Ernesto”.
“Estábamos todos en la casa [campo de adiestramiento] y de pronto alguien gritó ‘¡Papi está afuera, papi está afuera!', y dijeron a todos que nos escondiéramos. Yo de pronto no supe que quería decir eso, pero yo también me escondí. Después escuché que tocaron la puerta y uno de los muchachos abrió. No miré, pero sí escuché una voz que decía que era de la Fuerza Única y estaban buscando a N., y pues ese es mi nombre y yo sólo me quedé callado y le hice la señal al jefe de la casa que hablaban de mí”.
“Él me hizo la señal que me quedara callado y entonces escuché que abrió la puerta, contestó que ahí no vivía nadie que se llamara así y entonces el policía se fue y cerraron la puerta. Las patrullas se fueron y fue que el jefe me preguntó por qué me buscaban, qué había hecho, y yo le dije que yo no sabía por qué me buscaban, y me dijo el jefe que no había pedo, que yo ya era de la empresa [Cártel Jalisco Nueva Generación] y que ellos me apoyarían en cualquier pedo, y ya no pasó nada más”.
- Carpeta de investigación 5129/2017 en el Juzgado de Control y Juicios Orales Del VIII Distrito con cabecera en Puerto Vallarta, Jalisco.
“No es creíble que una situación de esta naturaleza no hubiera sido conocida por las autoridades locales del municipio y del estado”.
-Alejandro Gertz Manero, fiscal general, durante la conferencia matutina del 11 de marzo de 2025.
“El descubrimiento [del rancho Izaguirre] resulta aún más perturbador dado que el rancho había sido previamente allanado en septiembre de 2024 por la Guardia Nacional y la Fiscalía del Estado de Jalisco, sin que se detectaran pruebas cruciales”.
- Liz Throssell, vocera de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
“Era obvio que los jefes trabajaban para la policía, no sé cuál, si la del municipio o la del estado, pero yo escuchaba que pasaban en la noche a la casa [de adiestramiento] donde nos tenían y en vez de tocar la puerta hacían sonar la sirena un segundo. Así se presentaban. El jefe le pedía a alguien que le pasara una maleta que se veía pesada, salía y luego regresaba sin ella. Yo me imagino que ahí iba el dinero de su paga.
“También nos decía que si intentábamos escapar, y de milagro trepábamos el muro, que los militares de la zona tenían la instrucción de regresarnos y entonces no sólo nos iban a matar, sino también a dos al azar de los compañeros y a nuestras familias. Era su manera de asegurarse de que nadie te iba a dejar huir, porque todos te acusaban si veían que estabas preparándote para escapar”.
“Vi a muchos arriesgar la vida tirando cosas a la tierra, como sus cadenas de oro, sus calcetas, hasta se arrancaban el cabello y lo tiraban por ahí. Era su manera de dejar pistas de que ahí estuvieron, por si un día sus mamás los buscaban y encontraban algo que pudieran reconocer”.
- Entrevista a Horacio N., sobreviviente de un campo de adiestramiento en Unión de Tula, Jalisco, a dos horas de Teuchitlán, Jalisco.
“¿Qué cosecha un país que siembra cuerpos?”
- Escrito en una cartulina pegada en la fachada del Palacio de Gobierno de Jalisco, en Guadalajara.
“Es Jalisco, es Nuevo León, es Coahuila, es Tamaulipas, es Veracruz, ¿qué no ven que caminamos entre muertos? ¿Qué no se da cuenta México que el país está transformado en un campo de exterminio? ¡Ay, mi hijo! ¡Cuánta falta me haces, hijo! ¿Cómo se supone que debo vivir con esta incertidumbre, si estás en uno de esos ranchos? Que me digan las autoridades, ¿cómo le hago para aguantar este dolor, esta incertidumbre, si este país está lleno de estos lugares de horror?”
-Entrevista a Aurora Corona Rodríguez, buscadora de su hijo Francisco Javier Osiris Hernández, desaparecido el 30 de marzo de 2024, en Sabinas, Nuevo León.
“Amor, si me desaparecen, ¿cuánto tiempo me buscarías?”
- Escuchado en la vigilia en el Zócalo de la Ciudad de México del 15 de marzo en conmemoración.
GSC/ATJ