A 5 años de protección de Revillagigedo, no se afectó pesca industrial: estudio

El Parque Nacional Revillagigedo fue creado en noviembre de 2017, y debido a la enorme biodiversidad marina que alberga, se le conoce como la “Galápagos de México”.

Los expertos destacan que Revillagigedo es el lugar que alberga a más de 300 especies de peces.
Ciudad de México /

A más de cinco años de la creación del Parque Nacional Revillagigedo –el área marina totalmente protegida más grande de Norteamérica–, la prohibición total de la pesca, no provocó impactos negativos en la industria pesquera mexicana, según un nuevo estudio publicado en Science Advances, lo que demuestra que las áreas marinas totalmente protegidas (MPA) de gran escala y en mar adentro protegen la biodiversidad, sin afectar negativamente la pesca, ni la seguridad alimentaria.

“A nivel mundial, el sector pesquero ha bloqueado el establecimiento de áreas marinas protegidas en las que nos urge revertir el agotamiento de la vida acuática global provocado por los seres humanos. Este estudio utiliza seguimiento satelital de los buques pesqueros e inteligencia artificial (IA) para mostrar que las inquietudes del sector pesquero son infundadas”, expresa Enric Sala, explorador residente de National Geographic Society, fundador de Pristine Seas y coautor del estudio.

El Parque Nacional Revillagigedo fue creado en noviembre de 2017, y debido a la enorme biodiversidad marina que alberga, se le conoce como la “Galápagos de México”; ocupa el lugar número 13 entre las MPA más grandes del mundo y es una de las pocas en las que todas las actividades humanas perjudiciales, incluida la pesca, están prohibidas para contribuir a la recuperación de las poblaciones marinas.

Los expertos destacan que Revillagigedo es el lugar donde residen las concentraciones de tiburones y mantarrayas más grandes del mundo, al igual que de atún, ballena jorobada y cinco especies de tortugas marinas; también alberga a más de 300 especies de peces, de los cuales 36 no se encuentran en ninguna otra parte del océano.

En su momento, el grupo de presión de pesca industrial mexicano se opuso a la creación del parque nacional con el argumento de que este afectaría sus capturas y aumentaría los costos. Sin embargo, estos hallazgos despejan el camino para establecer áreas marinas totalmente protegidas y se suman al conjunto cada vez más amplio de investigaciones que muestran que las iniciativas de protección de los océanos, esenciales para las metas de conservación global, son buenas tanto para las economías como para la biodiversidad.

“Incluso las áreas marinas protegidas más grandes, que protegen ecosistemas completos y albergan a miles de especies de criaturas marinas, no afectan el puñado de especies de peces que el sector sale a buscar. Cuanto más grande sea el área marina protegida, más beneficios habrá”, añadió Pristine Seas y coautor del estudio.

Metodología

El estudio se llevó a cabo por un equipo de investigadores del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación de México, el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, el Programa Marino del Golfo de California del Instituto de las Américas y National Geographic Society; analiza el comportamiento y la productividad del sector pesquero industrial mexicano antes y cinco años después de la creación del Parque Nacional Revillagigedo.

Con datos provenientes de seguimiento satelital, las capturas pesqueras de la Comisión Nacional de Pesca de México y las nuevas herramientas de IA de la plataforma Skylight del Allen Institute for AI, los expertos se propusieron determinar si la creación del área marina protegida reducía la pesca dentro de dicha área, si las capturas se veían afectadas y si la creación del área marina protegida desplazaba la pesca hacia una zona más extensa, lo que generaría un impacto negativo global en la biodiversidad marina.

“El uso de dispositivos de seguimiento satelital y plataformas de monitoreo de IA fue fundamental para demostrar el cumplimiento del sector pesquero y para que los administradores del área marina protegida vigilaran el área protegida”, expresó el doctor Fabio Favoretto, académico postdoctoral del Instituto Scripps de Oceanografía y autor principal del estudio.

Los datos satelitales analizados por Favoretto se originaron a partir de los dispositivos GPS ordenados por el gobierno que se instalaron en unos 2000 buques pesqueros. Mediante la revisión de los datos de código abierto, pudieron identificar el movimiento de los buques pesqueros para determinar si se realizaban comportamientos o maniobras de pesca. Luego, el equipo utilizó técnicas habilitadas con aprendizaje automático para identificar patrones relacionados con los buques.

De esa manera, descubrieron que el Parque Nacional Revillagigedo no había provocado ninguna consecuencia negativa en la pesca de la flota industrial mexicana; tampoco había aumentado el área utilizada para pesca que hubiese impulsado a los buques pesqueros a aventurarse más lejos para la captura pesquera. Skylight reveló solo algunos casos aislados de pesca ilegal dentro del área marina protegida después de 2017, lo que destaca la eficacia de la tecnología para monitorear y proteger los 147 mil kilómetros cuadrados de aguas comprendidos entro de los límites del parque.

Los resultados del estudio refutan el argumento del sector pesquero mexicano de que el parque causaría una pérdida del 20 por ciento en las capturas de atún y otras capturas pelágicas, y demuestran que las áreas marinas protegidas de gran extensión pueden contribuir a un uso del océano más sostenible y equitativo, sin grandes repercusiones económicas en el sector pesquero.

“Los hallazgos de este estudio son compatibles con lo que los expertos registraron en otras áreas marinas protegidas del Pacífico”, dijo Octavio Aburto, coautor y profesor de biología marina en el Instituto Scripps de Oceanografía.
“Cualquier argumento en contra fue una simple suposición: este estudio proporciona los datos que demuestran que el impacto negativo en la pesca no existe. Esperamos que los resultados puedan abrir el debate para trabajar mancomunadamente con el sector pesquero con el objetivo de proteger la biodiversidad y mejorar las poblaciones de peces”, señaló.

Preservación de la biodiversidad

Estos hallazgos se dan a conocer en un momento en el que los países debaten cómo implementar el objetivo global para proteger y conservar por lo menos el 30 por ciento de los océanos hacia el 2030, que quedó plasmado en un acuerdo sin precedente alcanzado en la Conferencia Mundial sobre la Biodiversidad de las Naciones Unidas (COP15) en diciembre de 2022. El mes pasado, los miembros de las Naciones Unidas acordaron un instrumento jurídico vinculante para proteger la biodiversidad en alta mar, las aguas internacionales más allá de las jurisdicciones nacionales.

“El reloj no se detiene hasta el 2030, si el mundo está decidido a proteger el ámbito natural, nuestro sistema de soporte vital, debemos aumentar drásticamente la protección del océano”, dijo Enric Sala.

Destacó que en este momento, menos del ocho por ciento del océano cuenta con cierta protección, y solo el tres por ciento está protegido por completo de la pesca y otras actividades perjudiciales.

“Millones de especies, incluidos los seres humanos, que dependen del océano para el oxígeno, la alimentación, la mitigación del calentamiento global, la medicina, entre otros, cuentan con nosotros para que actuemos”.

Amenazada por actividades humanas como la sobrepesca, la rica reserva de biodiversidad del océano está mermando rápidamente, lo que supone riesgos para la seguridad alimentaria, la salud y el medioambiente. Estableciendo rápidamente áreas marinas protegidas en zonas oceánicas estratégicas, el mundo puede preservar en total 80 por ciento de los hábitats de especies en peligro, desde una cobertura actual inferior al 2 por ciento.

En medio de estos debates, el estudio proporciona pruebas empíricas de que las áreas marinas protegidas de gran escala en las zonas económicas exclusivas de los países pueden contribuir a los objetivos de conservación global sin comprometer los intereses de la pesca ni la capacidad de una nación de garantizar la seguridad alimentaria.

LG

  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.