Feminismo, más que derechos sexuales: Adriana Dávila

Entrevista

La diputada panista sostiene que las mujeres cuentan con el arma más poderosa: la sororidad y lo más importante es cómo ayudarse y respetarse entre ellas.

El reto es no vencernos y seguir adelante en la lucha que las mujeres debemos dar incluso ante el gobierno. (Ariana Pérez)
Liliana Padilla
Ciudad de México /

El feminismo es más que derechos sexuales y reproductivos y las mujeres de izquierda han querido dejar a las de derecha fuera del feminismo por su postura en contra del aborto, asegura la diputada panista Adriana Dávila, quien agrega que ahora son las morenistas quienes están derrotadas o emocionalmente agotadas porque su Presidente las repliega para no criticar la postulación de Félix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero.

Sostiene que el país enfrenta uno de los retrocesos más graves en materia de políticas públicas y hasta en términos de paridad, porque el hecho de que haya más mujeres en la contienda no significa que se haya logrado la equidad.

Gerardo Fernández Noroña debió ofrecer una disculpa pública a Dávila por violencia política de género. (Juan Carlos Bautista)

En entrevista con MILENIO Adriana Dávila advierte que mientras desde la Presidencia de la República haya un discurso machista que proteja a presuntos violadores y no conceda siquiera el beneficio de la duda a las víctimas, los retrocesos seguirán ahondándose.

La diputada panista ha sido candidata a gobernadora de Tlaxcala en dos ocasiones y aspiró a la reelección, pero su partido se la negó; asegura que las mujeres deben perder el miedo a su propio carácter y a enfrentarse en igualdad a los hombres que hoy tienen el control de las decisiones, empezando por el Palacio Nacional.

La panista también fue víctima de violencia política de género por parte del diputado petista Gerardo Fernández Noroña, quien debió ofrecer una disculpa pública para no figurar en la lista negra de agresores y que eso le impidiera competir políticamente. Sin embargo, asegura, esa disculpa fue más obligada que sincera.

–¿Hay algo que celebrar este 8 de marzo?–

Cada cosa hay que repetir que las cosas no han cambiado, hemos tenido uno de los retrocesos más grandes. Yo creo que este año va a ser muy duro para las mujeres en México, no sólo para quienes se asumen feministas en la lucha pública, también para madres trabajadoras que no tienen dónde dejar a sus hijos, las mujeres rurales, las que perdieron empleos, y las políticas que padecemos violencia machista que no se ve, pero se siente enormemente.

–El año pasado salieron las mujeres de manera multitudinaria, este año a pesar de la pandemia, hay muchos sucesos que podrían hacer que se vuelquen aún más, ¿no?–

Claro, solo hay que recordar la declaración del Presidente de que cuando se le declara la guerra al narcotráfico era como mandar al diablo la política, y eso deja ver un problema mayúsculo que hay detrás de eso, la trata de personas que crece si no se combate y si ves al hombre más poderoso del país que perdona de manera anticipada, pues deja en indefensión a mujeres víctimas que no reciben justicia. Así tenemos muchas declaraciones del Presidente que dejan ver que en este gobierno las mujeres están indefensas. Desde el ¡Ya chole! Y muchas más que lastiman y tenemos al principal violentador en la Presidencia de la República. Sin embargo, creo que el que salgan de manera multitudinaria, no va ser suficiente. Ninguna ley va a cambiar conductas normalizadas.

–¿Qué podemos hacer las mujeres frente a eso?–

Las mujeres tenemos un arma más poderosa que se llama sororidad y lo más importante es cómo ayudarnos y respetarnos entre nosotras. El feminismo no se puede reducir a los derechos sexuales y reproductivos. A mí por ejemplo en mi partido, Acción Nacional se nos han negado nuestros logros o luchas, se nos ha invisibilizado porque tenemos diferencias en términos del derecho a la vida, por ejemplo. Debemos ayudarnos a empoderarnos y llegar al poder a ejercer los cargos con fuerza, pero también involucrar a los varones en la solución de los problemas, porque no se trata de marchar todas, sino que ellos marchen también con nosotras.

–¿En política hay paridad o simulación y concesiones?–

A muchos políticos les encanta la simulación con el discurso feminista, pero en el ejercicio público es difícil que te respeten por tu experiencia, por tu carácter, por tus capacidades e inteligencia. Yo he buscado dos veces la presidencia de la mesa directiva en el Senado y la Cámara de Diputados y me han dicho que por mi carácter no lo he logrado, como si eso para mí, fuera un defecto. Parte de lo que las mujeres debemos aprender es poder decir las cosas sin temer a hacerlo y que nuestro carácter nos da fortaleza y debe ser un atributo que, hoy, por el tipo de gobierno que tenemos, va a hacer la diferencia en este país. Paridad no es sinónimo de igualdad. Por eso, no debemos tener miedo a nuestro propio carácter. El reto es no vencernos y la lucha que debemos dar con un gobierno como el que tenemos es que debemos seguir adelante, a pesar de lo agotada que puedas sentirte.

–En este proceso electoral hay paridad ya establecida en la ley, ¿es real o simulada?–

Más bien nos siguen viendo como cuota, querían mujeres, ahí están. Yo intenté la reelección y me decían que cómo si no me iba a apoyar mi partido, bueno pues ni modo de no intentarlo, quedarme quieta y que me concedan el honor de tomarme en cuenta por disciplinada. Esa debe ser la diferencia, llegar a hacer política y hacer la diferencia. Hay hoy silencios que me tienen asombrada. No es lo mismo en el PAN ir a pelear por Guanajuato o Querétaro que en Tlaxcala y que te dejen sola, en esos estados ¿Por qué no hay candidatas a gobernadoras?


–¿El caso Félix Salgado Macedonio marcará este proceso electoral?–

Pues hay que ver a las mujeres de izquierda que con este caso están agazapadas, moralmente derrotadas o emocionalmente agotadas porque su Presidente las repliega. El Presidente es la representación del macho que no comprende que su papel tiene que ver con la defensa de los derechos y el fortalecimiento de las instituciones, para él, las mujeres somos un objeto decorativo.

Pues ahora, incluso desde Morena, se les pide a esas mismas mujeres que se manifiesten en contra de ese candidato, pero jamás culpan al Presidente que fue quien lo defendió. Aquí primero se debería creerle a la víctima. Tenemos intelectuales como Andrés Roemer al que ya se le abrió una carpeta de investigación en la Ciudad de México, en un gobierno morenista, pero en Guerrero no he escuchado lo mismo. ¿Por qué en un caso si se atiende y en el otro se omite?, pues la diferencia se llama orden presidencial.

DMZ

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