Se puede ser feminista, militar en el PAN y estar a favor de la vida: Adriana Dávila

La diputada federal del PAN confiesa tener un sueño frustrado: dedicarse a la danza profesional; uno de sus referentes en la política es Carlos Castillo Peraza.

Adriana Dávila ha sido senadora, diputada federal, asesora y candidata a la gubernatura de Tlaxcala. (Diseño: Mauricio Ledesma)
Ciudad de México /

La diputada federal, Adriana Dávila (Tlaxcala, 1970), quería ser bailarina profesional y seguramente cuando eso era una meta en su vida no imaginó terminar estudiando Ciencias de la Comunicación, ejercer periodismo y ser panista durante más de 20 años.

“Mi mamá quería que fuera doctora, pero la verdad es que me daba mucho miedo la sangre, soy muy collona al dolor físico. Mi profesión frustrada fue ser bailarina profesional del Ballet Folklórico de Amalia Hernández (...) Mi mamá era la que decía ‘eso no te va dar para comer, la vida de un bailarín es muy corta’”, recordó en entrevista para MILENIO.

Originaria de Apizaco, Adriana Dávila ha sido senadora, diputada federal, candidata a la gubernatura de Tlaxcala, coordinadora Nacional de Enlace Federal de la Presidencia de la República durante el sexenio de Felipe Calderón; asesora en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, coordinadora Nacional de Cultura del Agua en la Comisión Nacional del Agua (Conagua), entre otros cargos.

Panista desde 1995, uno de sus referentes en política es el ex presidente del blanquiazul Carlos Castillo Peraza y a pesar de ser cuestionado por sus posturas conservadoras, Dávila le reconoce “esa franqueza con la que hablaba en términos políticos, ese reflejo de no simular lo que no eres”.

Dávila tiene una hija, Ximena, de 17 años, a quien admira por su carácter y también confiesa que le cuestiona algunas cosas, como el papel del PAN cuando estuvo en la Presidencia.

“Hoy en la mañana que salió a su receso porque está todo el tiempo en sus clases me decía ‘oye, mamá, en la clase vimos que el mejor momento para haber podido hacer modificaciones a la Constitución fue quizá en la alternancia, con Vicente Fox, ¿Por qué no fue posible?’ Se atreve a cuestionarme esas cosas y eso es bien bonito”.

La también integrante de las comisiones de Seguridad Pública, Derechos Humanos así como de Gobernación y Población en San Lázaro, asegura que uno de sus sueños es regresar a bailar; el fin de la pandemia para poder abrazar, ver a sus amistades, hacer ejercicio, cantar y ver a una mujer en la dirigencia nacional del PAN.

Se puede ser feminista y defender el derecho a la vida

Hace algunas semanas, logró que el legislador Gerardo Fernández Noroña se disculpara con ella por emitir expresiones consideradas como violencia política de género, aunque Dávila confiesa que desde niña se ha enfrentado al machismo, un  ejemplo de ello es cuando jugaba al béisbol con hombres y era la última en ser elegida en los equipos.

“Yo me enfrenté desde ese momento (infancia) a un mundo de varones; yo crecí entre niños de mi edad, que eran varones, entonces el tema de entrar a jugar beisbol y que me eligieran al último porque pensaban que yo no podía batear bien. No era buena bateadora, pero fui mejor corredora que muchos de ellos para robar base”.

Dávila nunca se vio diferente a los hombres “porque además tenía una mamá maravillosa que no tenía tiempo de pensar en su género, lo que tenía que hacer era buscar condiciones para darnos de comer, ayudarnos a salir adelante, sostener una familia”, expuso.

“No lo entiendes al principio, cuando veía que se manifestaban (las mujeres) yo no entendía el por qué (...) Yo entré al PAN para buscar la igualdad sin diferenciarme.
“Para mí el tema feminista se dio desde el momento en el que yo tenía que luchar para conseguir un lugar en las competencias deportivas o en el baile o en las actividades donde me desarrollaba.”


“Mi origen me dio la oportunidad de luchar así, pero no todos los orígenes te dan la oportunidad de luchar así, hay mujeres que tienen que solicitar esa autorización. Yo tuve una mamá que jamás tuvo que solicitar esa autorización para nada porque le tocaba trabajar, quizá más que mi papá, entonces yo tuve ese ejemplo, no tuve tiempo de razonar si por ser mujer (…) Hasta hoy me doy cuenta de esas barreras que son casi imperceptibles”, reflexionó.

Dávila reconoce ser feminista sin “usar pañoleta verde”, símbolo de las mujeres para exigir la libertad de decidir sobre sus cuerpos y el aborto, pues “ella defiende la vida”, pero acepta que existen muchas mujeres quienes coinciden con su postura o difieren.

“Hoy la gente dice ‘este movimiento feminista sólo es de aquellas que usan pañoleta verde’, yo soy una defensora de la vida, no tengo problema en decirlo ¿Eso me hace no ser una feminista? No, eso me hace entender que hay mujeres que piensan como yo y que no piensan como yo”.

Respecto al aborto y el derecho a decidir de las mujeres sobre su cuerpo, Dávila asegura comprender a quienes tienen otra postura diferente a la suya.

“Las legislaciones estatales han evidenciado cosas que son fundamentales porque hay cosas que no decide una persona, en una violación no es que la persona que fue violada decidiera ser mamá, no es un tema de decisión, ya lo establece la ley y otras dos condiciones en las 32 entidades.
"No me atrevería jamás a criticar, sancionar, juzgar o sancionar desde mi moral lo que otra persona piense, pero yo exijo lo mismo a las personas que piensen distinto”, expuso. 

JLMR

  • José Luis Medina
  • jose.medina@milenio.com
  • Editor web de política. Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en FES Aragón y estudiante de Derecho y Criminología en el IRC.

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