Los gobernadores de Jalisco y Guanajuato se reúnen con el presidente Andrés Manuel López Obrador para definir la continuidad de la presa de El Zapotillo y más tarde, recibirá a los pobladores de Temacapulín que desde hace 10 años se resisten a la obra que inundaría sus pueblos.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, dijo a su llegada a Palacio Nacional que presentarán al Presidente el estudio técnico que realizaron en conjunto con Conagua que determina que independientemente de la altura de la cortina de la presa, los pueblos de la zona tendrán que hundirse.
Por lo que dijo, pedirán que la obra que beneficia a Los Altos de Jalisco y León, se concluya, pues tiene dos sexenios avanzando a cuenta gotas por la resistencia de estos pueblos mientras se sigue invirtiendo en el proyecto.
“La propuesta es que hay una presa que ya está construida, está a 80 metros y aunque hay una problemática social que entendemos que tiene que atenderse de manera puntual, la verdad es que la obra tiene que concluirse, es la única solución para que estas ciudades tan importantes y esta región que es una de las más productivas desde el punto de vista agropecuario de México puedan tener resuelto el problema de abasto, se tiene que tomar una solución respecto a la altura de la cortina y es justo lo que hoy vamos a tomar.
“Yo espero que el Presidente, con los elementos técnicos que hoy le vamos a presentar después de meses de trabajo con Conagua, pueda tomar la mejor decisión pensando por supuesto y atendiendo la demanda de los sectores inconformes, pero también entendiendo que está en juego el abasto de millones de personas de estas ciudades tan importantes”.
El proyecto inicial de la presa de El Zapotillo es una cortina de 100 metros pero los pobladores han interpuesto amparos para que se reduzca la altura, la última resolución ordenó que la cortina se disminuyera a 80 metros para que los pueblos pudieran salvarse, sin embargo, de acuerdo a los estudios de Conagua y los gobiernos estatales, ambas medidas acabarían con los pueblos.
“Actualmente es inviable salvar a los pueblos, entonces la decisión que se tiene que tomar es que si se deja a 80 de todas maneras la inundación de los pueblos es inevitable, si se deja a 105 metros como es la propuesta inicial, la solución del problema es mucho más fácil porque habrá más agua para distribuir pero es una decisión que a final de cuentas el Presidente tiene que decidir”.
Explicó la oferta a los afectados es una bolsa de 510 millones de pesos para indemnizar a alrededor de 500 personas, adicional a las parcelas afectadas.
Alfaro aclaró que el recurso depende de cada familia y el tamaño de sus casas, pero “si se tiene que aumentar ese monto, Jalisco está dispuesto a aumentar lo que esté en nuestras posibilidades”, aunque afirmó que los precios están por encima de los valores comerciales.
Dijo que luego de que se dé este informe al Presidente, tendrá que ser él quien defina lo que pasará con las obras, pero dejó claro que “la solución no es dinamitar la presa” por todo lo que ya se invirtió y porque “se afecta a un poblado pero el beneficio es para millones de personas porque el abasto de agua ya es crítico”.
“Ellos lo que dicen es que no quieren que haya presa, el problema es que ya hay presa y vuelvo al punto, no es una obra ni de López Obrador ni de un servidor, la obra ya está ahí y lo que estamos tratando es que el agua de esa presa se distribuya de la mejor manera para los estados”, insistió.
Al término de esta reunión, los pobladores que durante una década se han resistido al proyecto y han logrado retrasar las obras, llegarán a una reunión por separado con el Presidente quien les definirá la conclusión a la que llegó con Conagua que es la encargada del proyecto.
AE