Fue el 5 de marzo de 2012 cuando Andrés Manuel López Obrador conoció a Joe Biden. En ese entonces, el mexicano era el precandidato del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano a la presidencia de México, mientras que el demócrata era el vicepresidente de Estados Unidos.
El encuentro ocurrió en la Ciudad de México, donde hablaron sobre la relación bilateral que poseen ambas naciones e incluso, López Obrador le entregó una carta con sus planteamientos. Dicho texto pudiera ser la pista de lo que, ahora como presidentes, quisieran impulsar en conjunto.
En su primera carta, López Obrador planteó un cambio sustancial en la relación bilateral, asegurando que estaba preparado “para convencer y persuadir a las autoridades de Estados Unidos de que, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y más humano aplicar una política de cooperación para el desarrollo que insistir, como sucede actualmente, en dar prioridad a la cooperación policiaca y militar”.
Por ello, sugirió buscar que los apoyos económicos de Estados Unidos cambiaran del ámbito militar al de desarrollo, en correspondencia, pondría a su alcance el plan económico que en ese entonces tenía para México.
López Obrador sostuvo ante Biden que promovería la firma de un acuerdo para la aplicación de un programa bilateral orientado a reactivar la economía y a crear empleos en México, al mismo tiempo que se atendían las causas que han propiciado la inseguridad, la violencia y el fenómeno migratorio.
Algo que el actual presidente de México no ha hecho durante la administración de Dondald Trump, pero que a Biden le dijo que haría, fue convencer a congresistas y funcionarios del poder Ejecutivo de Estados Unidos de la importancia de aprobar una reforma migratoria para regularizar la situación de los mexicanos que trabajan en su país. De esta manera, se buscaba disminuir el maltrato, la persecución y el racismo al que se enfrentan los migrantes, y respetar sus derechos laborales y humanos.
“El mejor camino es buscar una política de buena vecindad y de mutuo beneficio, manteniendo inalterables los derechos soberanos de nuestras naciones”, dijo López Obrador, resaltado que había voluntad de procurar “una relación basada en la cooperación para el desarrollo, la prosperidad, la estabilidad y la tranquilidad de nuestros pueblos”.
Para el entonces precandidato presidencial mexicano era muy importante que Estados Unidos no interfiriera en el proceso electoral de México, política que mantuvo por casi 20 años después, esperando la resolución del Colegio Electoral estadunidense para felicitar a Biden por su victoria electoral.
lp