Ayudantía de AMLO, entre sustos y tropiezos

Se trata de 20 jóvenes abogados, ingenieros, administradores de empresas, médicos y de otras profesiones, que tienen como única labor garantizar la seguridad del Presidente.

Joven burla seguridad de evento de AMLO y lo interrumpe. (Jesús Quintanar)
Jannet López Ponce
Ciudad de México /

El Estado Mayor ha muerto. Con todo lo que ello conlleva, el cuerpo militar de élite que durante décadas protegió al Presidente cesó operaciones hace tres meses, dando paso a un pelotón de civiles que hasta el momento —con tropezones, novatez y sustos— ha cuidado las espaldas a Andrés Manuel López Obrador.

La imagen de un presidente lejano e inalcanzable fue desterrada por López Obrador, al convertir en uno de los emblemas de su gobierno, la cercanía y la comunicación directa con la gente.

El 16 de septiembre, en el primer vuelo para su gira de agradecimiento en Tepic, el Presidente presentó al coordinador de su equipo de Ayudantía, Daniel Asaf; que una vez iniciado el nuevo gobierno, estaría subordinado al área de Política y Gobierno con César Yáñez a la cabeza.

“Quiero presentar a Daniel, él me va a estar ayudando para que haya sobre todo orden, que no nos apachurren, que pueda yo tener comunicación con la gente, siempre", dijo. 
"Voy a seguir saludando en las vallas porque ahí me sugieren cosas, me dicen, me hacen peticiones y recomendaciones, eso lo voy a seguir manteniendo siempre, desde luego no me alcanza para escuchar a uno por uno porque son muchos pero sí lo más que pueda voy a estar siempre recogiendo los sentimientos del pueblo”, afirmó

El cambio que se quiso transmitir ha sido claro: los tradicionales eventos del Presidente han mutado en algo más informal. Se fueron los guardianes de traje negro, corbata roja, lente oscuro, auriculares y radios para recibir y enviar indicaciones.

Fueron sustituidos por un grupo de jovencitos que portan ropa casual, sin ningún tipo de indicación especial. Quizá solo los distingue en algunas ocasiones un chaleco o un pin con la leyenda “Ayudantía”, debajo del logo del gobierno de México.

Se trata de 20 jóvenes abogados, ingenieros, administradores de empresas, médicos y de otras profesiones, que tienen como única labor garantizar la seguridad del Presidente, desde evitar que simpatizantes que se acercan a saludar le impidan el paso, lo jalen o lo apachurren… aunque no siempre lo logran.

Así lo hizo como presidente electo y una vez que llegó a la Presidencia de la República no cambió el protocolo.

El día más evidente de la falta de seguridad profesional alrededor del Presidente fue el 24 de enero en Huauchinango, Puebla. En pleno corazón de un municipio marcado por la inseguridad, justo cuando López Obrador arrancaba su gira en una franja de pueblos huachicoleros, un joven logró burlar las vallas metálicas. Subió triunfante al escenario, llegando hasta el Presidente.

Varios contuvieron el aliento. Era solo un admirador, pero se movió sin interrupción alguna. Como este caso, en las conferencias mañaneras diversos personajes han burlado la seguridad haciéndose pasar por reporteros.

El 2 de diciembre, en la primera gira del nuevo gobierno, López Obrador visitó Tepic, Nayarit. De regreso a la Ciudad de México, después de las 8:00 de la noche, lo esperaba en el aeropuerto la secretaria de Energía, Rocío Nahle, para tener una reunión privada.

Durante varios minutos dos de las integrantes de la Ayudantía intentaron contener a los simpatizantes que buscaban una selfie con el Presidente, pero el cerco de seguridad  fue echado abajo por el propio mandatario y llamó a entrar para tomar la foto esperada.

“¡Vente, vente, tú vente!”, les decía a quienes con pena burlaban las indicaciones del equipo de seguridad.

Sin embargo, el Presidente ha sido claro en que no habrá ningún cambio y seguirá hasta el final de su sexenio con estos 20 jóvenes a los que sobre todo, les tiene confianza. El pueblo, insiste, lo cuida.

El único cambio al que accedió fue sustituir el tradicional Jetta blanco por una camioneta del extinto Estado Mayor Presidencial, que aunque no tiene blindaje, le garantiza un traslado más rápido, cómodo y seguro.

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