El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó a México de negarse a acoger a familias migrantes que su país deporta por haber cruzado irregularmente la frontera, acogiéndose a una norma implementada por el anterior mandatario Donald Trump.
En su primera conferencia desde la Casa Blanca, Biden dijo que el tema de la migración fue uno de los más cuestionados, debido al aumento considerable de indocumentados que cruzan a Estados Unidos desde México.
“¿Qué hay sobre las familias (de migrantes)? ¿Por qué algunas no están regresando? Porque México se está negando a recibirlas de regreso, dicen que no las aceptarán de regreso, no a todas. Estamos en negociaciones con el Presidente de México y creemos que eso va cambiar. Todas deberían ir de regreso”, explicó.
También sostuvo que están devolviendo a la mayoría de las personas que llegan; “estamos trabajando con México a ver si está dispuesto a recibir a más de esas familias. Pero eso es lo que sucede, (los migrantes) no están cruzando la frontera, pero los que están cruzando, menores no acompañados, estamos trabajando con celeridad para restablecer lo que se desmanteló”, aludiendo al gobierno de Trump.
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“La única gente que no vamos a dejar ahí, en el río Bravo, sin ayuda, es a los niños y lo que estamos haciendo —es un punto importante— es que la gran mayoría de los menores que vienen a EU vienen con una pulsera, con un número telefónico o vienen con un teléfono en sus bolsillos que es de su madre, padre, un pariente o su abuelo”, detalló.
El presidente precisó que antes contactar a los adultos tardaba mucho tiempo, pero ahora, en cuestión de 24 horas se comunica con el adulto. Además, se habilitó un sistema para rastrear si la llamada está dirigida a un traficante de personas o un pariente.
Biden designó esta semana a su vicepresidenta Kamala Harris como la encargada de liderar la misión de frenar la migración irregular desde Centroamérica y la coordinación con El Salvador, Honduras y Guatemala para combatir los problemas de violencia y corrupción que provocan la huida hacia el norte.
Gran parte de las críticas se han centrado en la situación de los menores que han cruzado la frontera en las últimas semanas y que han tenido que quedarse en centros de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU, que están diseñados para adultos, no para niños o adolescentes.
El mandatario estadunidense nuevamente fue cuestionado sobre el caso de dos menores que están en la frontera y quienes llevaban el número de su madre, quien fue contactada por un medio de comunicación, pero no por las autoridades.
El número de migrantes que intenta cruzar la frontera se encuentra en su punto más alto desde la oleada de la primavera de 2019, durante el gobierno de Trump, según las estadísticas más recientes; sin embargo, las cifras parecen ir en aumento y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, advirtió que se enfilan a su nivel más alto en 20 años.
Biden intentó presentar los números como un aumento estacional y no —como afirman sus críticos— como resultado de su apoyo a una reforma de inmigración, incluida su decisión de suspender la construcción de partes del muro fronterizo emprendida en el gobierno de Trump.
Para enfrentar el incremento en los cruces fronterizos en 2019, Trump obligó a los migrantes a esperar en México mientras evaluaba sus solicitudes de asilo o a presentarlas en Guatemala, El Salvador u Honduras.
“Las cosas están mejorando, pero tienen que mejorar rápidamente o... va a haber cambios, tenemos que hacer esto. Tuvimos una prolongada reunión con distintos integrantes del gabinete. Tenemos que ver resultados, en la próxima semana sacar a unas mil personas de estos centros a sitios seguros. Tenemos que mejorar estos servicios”.
Biden, quien adelantó que buscará la reelección, destacó que se está recurriendo al personal necesario y a la identificación de datos confiables sobre las personas, especialmente menores de edad, que llegan a la frontera.