La estela electoral de Andrés Manuel López Obrador sigue vigente, tanto que a casi un año de los comicios presidenciales arrancó al PAN su primer bastión, la primera entidad con alternancia en el país, donde el blanquiazul gobernó durante 30 años y este 2 de junio de 2019 los jubilaron.
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Jaime Bonilla fue el hombre de la hazaña. A pesar de lo que se perfila como carro completo del partido en el gobierno, apenas uno de cada cinco bajacalifornianos respalda su proyecto, por la alta abstención registrada ayer en las urnas.
Pero el autoproclamado “virtual gobernador” llegó feliz a su búnker en el hotel Lucerna en el centro de Tijuana. A pesar de que a las seis de la tarde hora del Pacífico, ya podía dar un pronunciamiento por los resultados que tenía en la mano, pero tardó 50 minutos para anunciar su triunfo: esperé la llamada del todavía mandatario, Francisco Vega, para que “me felicitará, pero le dio frío y se fue a Ciudad de México”, y con él, el reconocimiento de victoria.
Bonilla, quien estará en el cargo apenas dos años para empatar la próxima elección a gobernador con la elección federal de 2021, anunció que desde mañana acudirá a las reuniones de seguridad estatal y “de mí puño y letra mandaré los reportes” de incidencia delictiva al presidente López Obrador.
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El virtual triunfador comentó que festejará sus 69 años este 9 de junio con bombo y platillo, pues el mandatario nacional acudirá a Baja California a una gira donde hablarán de cómo impulsar el desarrollo de la entidad.
La media hora que duró su pronunciamiento ante los medios de comunicación tuvo un eje: Andrés Manuel López Obrador, que provocaba los aplausos de sus seguidores y colaboradores.
Anunció que su gobierno será austero, como la administración federal; una gestión apegada a la cultura, como la nacional; con recorridos por todo el estado, como el jefe del Ejecutivo federal. Lo que no habrá serán mañaneras, las que cambió por conferencias semanales.
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Como el tabasqueño, negó que haya “cacería de brujas”, pero eso sí irá por Francisco Vega por los presuntos actos de corrupción, porque “hay pruebas y señalamientos” de sus malversaciones.
Su festejó fue una muestra de austeridad, apenas unas 100 personas acudieron. Un hombre en el fondo ondeaba dos banderas de Morena, mientras que los demás aplaudían las participaciones de los oradores en el templete.
Tras el discurso central de Bonilla una decena de fuegos artificiales detonaron y dieron paso a un mariachi que tocaba mientras le gente se iba.
En Mexicali donde PAN y PRI hicieron sus cuartos de guerra la amargura invadía, esperaron para ver si la tendencia cambiaba, si el voto les favorecía, si podían detener el carro completo de Morena.
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Entre las 23 incidencias que se registraron está una casilla que no pudo ser instalada, porque no lograron localizar a la presidenta del centro de votación ubicada en el distrito 13 de Tijuana.
Por ello, el Instituto Estatal Electoral de Baja California interpuso una denuncia contra quien resulte responsable por la retención de documentación electoral correspondiente a la casilla mil 800 contigua 5 en Hacienda Las Delicias.
Por la noche, José Luis Ovando, presidente del PAN en Baja California, encabezó una conferencia donde aseguró que la diferencia con Bonilla era de apenas cuatro puntos y consideró que era impensable declarar a un ganador en ese momento.
Más tarde, el candidato panista Óscar Vega, reconoció su derrota al señalar que los bajacalifornianos votaron por el cambio. Luego de 30 años hay un nuevo gobierno, uno que no viene de las filas del PAN. que en esta elección perdió lo que en su tiempo fue una victoria histórica sobre el hegemónico Revolucionario Institucional.