Alumnos de la primaria Adolfo López Mateos, mejor conocida como la Escuela Vagón, sufren por el calor extremo que se registra en el Valle de México.
Incluso, autoridades advirtieron que siguen subiendo, valorarán la posibilidad de dar clases a distancia.
Los salones de este singular plantel ubicado en Naucalpan están hechos a base de láminas, además de que una de las aulas es un vagón de ferrocarril.
Su matrícula es de 92 alumnos, quienes buscan la manera de mitigar el calor, ya que a determinadas horas es imposible estar en clase.
En entrevista para MILENIO-Telediario, Abisaí Cruz Álvarez, director de la escuela, detalló que aunque en las aulas existen ventiladores, estos no son suficientes para refrescar el ambiente.
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“Ya hemos sobrevivido a otras olas de calor, sin embargo, está nos está afectado mucho, ya que hemos presentado casos de golpes de calor. Los salones tienen muy poca ventilación, por lo que es más complicado” evitar los bochornos dentro de las aulas, explicó.
Dijo que si normalmente el municipio llega a 33 grados, con el material del que están hechas las aulas, esa temperatura se siente de 38 o 40 grados.
“Ya le pedimos a los padres de familia que por recomendación, a sus hijos los traigan con ropa fresca, como shorts, playeras o algo que no sofoque al alumno mientras toma clase”, comentó.
Cruz Álvarez dio a conocer que hasta ahora no han recibido el apoyo económico que les suelen entregar a través de un programa educativo, pues las autoridades les han puesto muchas trabas, lo que ha impedido la construcción de salones de concreto.
La situación del calor se complica porque en un mismo salón suele haber hasta dos grupos de distinto nivel. Por ejemplo, hay un aula con alumnos de primero y segundo años, por lo cual se ocupan hasta 32 lugares.
“Yo les digo que tienen que traer su agua para hidratarse. Tenemos hasta tres ventiladores, pero no alcanza a refrescar a todos. Veo a mis alumnos sudar y me dicen ‘maestra, no me llega el aire’, por lo que tengo que buscar la manera de acomodar todos los ventiladores”, manifestó Samantha Ramírez, profesora de primero.