Karateca desde pequeño, cocinero para su familia en el ámbito privado y consejero presidente de la Comisión Estatal Electoral (CEE) en público, Mario Alberto Garza acepta que las redes sociales no le agradan porque considera que son una especie de Big Brother mundial.
Maestro de tiempo completo en la Facultad de Derecho de la UANL, señala que es un profesor que se actualiza para que sus hojas no se hagan “amarillentas”.
Su vida no siempre fue camino de éxitos: el día que nació su hijo le cancelaron la beca en París, Francia, situación que lo orilló a trabajar en un hotel de un barrio peligroso de la Ciudad Luz para poder regresar a Monterrey.
¿Cómo fue su infancia?
Fue muy dinámica, yo vivía en un pueblo que se llama Minas de Barroterán, Coahuila. Había mucha libertad, las grandes travesuras en aquella época eran inocentes, pero como mi papá es minero y se dedicó a la industria del carbón había montañas de esto. Yo tenía prohibidísimo ir ahí, sin embargo, nos delataba toda la ropa interior porque el carbón era muy chismoso, por lo que nos llevábamos las correcciones necesarias.
Antes de ser servidor público, ¿qué empleos tuvo?
Desde muy niño trabajé con mi abuelo, que es comerciante: le ayudaba a subir cajas y había mucha distribución en la región carbonífera. A los 18 años, ya viviendo en Monterrey, fui instructor de karate y cuando viví en París fui recepcionista de un hotel.
¿Cómo le fue en la Facultad de Derecho?
Me ha ido y me sigue yendo muy bien, fui sobresaliente, no recuerdo si quedé en primero o segundo lugar de generación, seleccionado de Tigres por karate en la UANL en alguna época, gané universiadas nacionales. Me integré como profesor en Derecho y ahí conocí a mi actual esposa. Sigo dando clases en doctorado, porque es algo que me apasiona.
¿Qué fracaso lo orilló a no darse por vencido?
No necesariamente (fracaso), pero cuando era estudiante en Francia, la universidad me quitó la beca (justo) el día que nació mi hijo. Mientras mi esposa estaba en aquel momento en el hospital, yo fui al cajero y no había dinero, se me vino el mundo encima y tenía 25 años. Ahí me dije que no me iba a regresar sin terminar mi doctorado: me puse a trabajar en un hotel en el norte de París, en un barrio medio peligroso, de 8 de la noche a 8 de la mañana.
¿Qué deporte le gusta?
Siempre he practicado el karate, jugué deportes de niño, pero nunca en una liga. Mi papá siempre quiso que fuera bueno para el beisbol, pero fui maletón. El karate va más allá del deporte, tiene una fuerte connotación deportiva, porque hay mucho ejercicio físico e intelectual.
¿Cuál es el hobby al que le dedica más tiempo?
Leer y ver documentales, monto a caballo, aunque no soy un gran jinete. Juego ajedrez con mis hijos; me gusta mucho cocinar asado, estofados, cortadillo, comida italiana, mexicana, pero no sé hacer arroz, pasta sí porque me relaja.
¿Qué música escucha?
Soy apasionado de la música clásica, particularmente de Beethoven desde muy chico, pero me gusta contextualizar los momentos en función de la música. Me gusta también el country y el rock de los 80, el mariachi y el “Huapango de Moncayo”.
¿Baila?
Bailo, pero prácticamente tengo dos pies izquierdos, a pesar de que siempre he sido karateca.
¿Usted es fanático de las redes sociales?
No, por ahí tengo un Facebook que se abrió en la Facultad de Derecho hace 8 años y no me acuerdo de la clave. No me gusta, no subestimo sus alcances, prácticamente se me hace, con todo respeto, una pérdida de tiempo estar viendo la vida de los demás.
¿Qué opinión tiene sobre la paridad en los tres Poderes?
La integración de los géneros en todos los ámbitos de la vida tendría que ser igualitaria. Como la política se encarga de regular los conflictos, la mujer tiene que ocupar un lugar.
¿Con qué personajes internacionales se identifica?
En diferentes ámbitos, más que identificado, que admire; en el ámbito político, Winston Churchill, que luchó contra una posible invasión en los años 40; en el karate, al profesor Kunio Murayama, y en la música, a Beethoven.
¿Qué está leyendo?
Estoy releyendo México bárbaro. Leo mucho sobre karate, literatura y sobre ciencia política.