La sequía que se registra en la entidad ha afectado también a la Casa Institución Normativa de los Migrantes (Indi), la cual brinda ayuda con alimento, refugio y diversas necesidades a los migrantes e indigentes.
Y ante la falta de agua, el padre Felipe de Jesús Sánchez, encargado de la Casa Indi, pidió a la ciudadanía su colaboración para poder seguir brindando el apoyo humanitario a los migrantes.
Por ello solicitó la ayuda de la gente con alimentos básicos, para así continuar con dicha labor y llevar comida tres veces al día a los migrantes.
Dijo que ahorita lo que más les urge es agua, pues necesitan el líquido de cuatro pipas por semana, lo que representa un costo de 10 mil 800 pesos.
Señaló que cada pipa le cuesta dos mil 700 pesos y pidió a la comunidad solidarizarse para ello.
Además, el responsable de la casa de asistencia pidió apoyo en especie, como es la comida, agua embotellada, accesorios como jabón, talco, pañales, recipientes para almacenar agua y filtros industriales.
"Estamos muy necesitados"
Al exterior de la Casa Indi, decenas de migrantes, en su mayoría originarios de Honduras, pidieron a los ciudadanos de Nuevo León su solidaridad y apoyo en este momento en que están “muy necesitados”.
Desde hace 19 días salieron de su país, los tres previos a su llegada ayer a Monterrey sin probar alimento, dijo Marvin Caballero, del poblado de Pimienta Cortés.
“Hoy (ayer) llegamos en la mañana, a puro tren llegamos aquí; aguantamos hambre tres días para poder estar aquí, andamos buscando el sueño americano.
“Necesitamos ropita, camisas, pasta, jabón, agua; la verdad estamos muy necesitados porque no somos de acá, y hay personas que nos miran de menos, necesitamos para comer”, solicitó.
A decir del joven de 26 años, quien dejó atrás familia para buscar una mejor calidad de vida, si la gente del estado los visitara en el lugar donde están ahora, se darían cuenta de sus necesidades.
“El llamado sería que se presentaran para que vean las necesidades de cada uno de los que estamos aquí y que nos regalen algo, un bocadito, cualquier cosa”, destacó,
Por su parte, Josué, de 25 años, y Rufino Celaya, de 24 años, coincidieron en que una opción para apoyarlos es con trabajo.