Sin largas filas y pocas reservaciones, se lleva a cabo este Día de la Madre en los restaurantes de la Ciudad de México. A pesar de la entrada a semáforo amarillo, la reactivación económica es lenta debido a las restricciones de aforo en comercios y aún por el miedo a contagiarse de covid-19.
Con globos rosas y blancos pegados en la fachada, distintivos a la entrada y con todas la medidas sanitarias, los restauranteros se alistaron días previos al 10 de mayo, a fin de darles la bienvenida a las miles de familias que hace un año celebraron desde casa.
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“Estamos en espera de 300 personas aproximadamente en el transcurso de todo el día. Desde hace 10 días hemos estado invitando que vengan a festejar con nosotros: sábado, domingo y lunes, lo extendimos a tres días. Como ahora no es igual que otros años, los cuales sí necesitábamos que se reservara por largas filas; ahorita tenemos la capacidad de irlos atendiendo conforme van llegando”, comentó Daniel Zúñiga, gerente de Café La Pagoda, ubicado en Avenida 5 de Mayo en la alcaldía Cuauhtémoc.
En entrevista con MILENIO, detalló que con el propósito de darles un mejor servicio a las mamás y acompañantes, su menú es de 99 pesos y a la salida se les obsequia una planta suculenta en su maceta. Adelantó que en los próximos días se adaptará una terraza para mejorar la estancia de los clientes que toman sus alimentos en las seis mesas instaladas al exterior del lugar.
“Afuera es un poco incómodo, sobre todo, porque en el Centro hay mucha gente de la calle que pasa a cada rato. Teníamos nuestras zonas de bodega, ahora va ser nuestra terraza. La verdad es que esperamos la reactivación desde hace un buen rato, las cosas empiezan a pintar mejor para todos, incluidos nosotros, ojalá que así sea, porque nos hace mucha falta”, señaló en relación a un comunicado emitido a inicios de enero, donde anunciaron su cierre de puertas por la pandemia.
Mientras que José Luis Barrera, gerente de El Bajío Polanco, alcaldía Miguel Hidalgo, esperó llenar su capacidad máxima autorizada y aseguró tener un total de 20 reservaciones para este lunes, siendo una celebración muy esperada para la industria. En ese sitio, se les obsequió una rosa a todas las mamás que asistieron.
“Esperamos llenar nuestra capacidad máxima autorizada. Ahorita ya contamos con 20 reservaciones, un total de 85-90 personas que esperamos para la hora de la comida. El 10 de mayo para toda la industria restaurantera, es el día más importante. Esperamos que las ventas sean realmente atractivas para todas las familias”, dijo.
Pese al panorama, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Germán González, previó una derrama económica de mil millones de pesos al considerar óptimas condiciones para el festejo. Con la entrada del semáforo amarillo, los comercios tienen permitido un aforo del 40 por ciento hasta las 22:00 horas.
Lourdes, quien vino desde Phoenix, Arizona, decidió pasar este 10 de mayo en un restaurante del Centro Histórico acompañada de sus hijos y esposo. Externó sentirse feliz porque tras un año de altibajos, al fin pudieron salir de casa. En el recorrido realizado por MILENIO a distintos comercios, compartió su desayuno: omelette de romeros, nopales en mole y un pay en forma de corazón.
“Me ha parecido que todo el mundo ha estado con las precauciones debidas en la calle, restaurantes, en cualquier lugar público. El año pasado me lo pasé en casa, guardados, porque no era posible. Aquí nos ofrecieron una taza en forma de corazón, muy bonito todo”, dijo.
En tanto, Rebeca Pérez disfrutó su comida en la Casa de los Azulejos, en compañía de sus tres hijos. Al igual que Lourdes, toda la emergencia sanitaria la ha pasado resguardada en su hogar, ya que todavía no ha sido inmunizada.
“Con semáforo rojo no salíamos de casa, con este nuevo color podemos disfrutar un poco más al aire libre. Toda esta pandemia la hemos pasado en casa para evitar contagios. No veo tanta gente, además de las distancia moderada que mantiene el lugar”, acentuó.
FS