A un año de que se permitió que el Movimiento Cannábico Mexicano se instalara a en la esquina de Insurgentes y Reforma, el Senado solicitó al gobierno de la Ciudad de México que sea retirado el campamento que se ha convertido en una zona de tolerancia.
Este plantón se ha mantenido vigente a lo largo de la discusión de la legalización para portar hasta 28 gramos por persona y ahora en el lugar buscan acercar distintos productos relacionados con la planta a una sociedad que se muestra incrédula.
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“Yo invitaría a las personas o las voy invitando para que se den el tiempo tanto de conocer lo que es parte de la cultura, todos sus derivados y sus buenos frutos porque la tierra es de quien la trabaja. Y ya que se está quitando todo el estigma estamos organizándonos para que todo esto este un poco más despejado y la gente pueda venir con más tranquilidad y que se sienta insegura”, comentó a MILENIO Noticias, Corel, quien trabaja en “La Santa Flor”.
“Pedimos que primero se informen más, los países primermundistas al cannabis ya lo regularizaron porque es una alternativa de medicina super eficaz para padecimientos como el Alzheimer, epilepsia y Parkinson y aquí realmente viene mucha gente que tiene ese tipo de problemas a hacer un tratamiento con el cannabis”, mencionó Alan, organizador de festivales.
Sin embargo, para algunos transeúntes el pasar por el lugar no es algo tan normal o cómodo.
“Mira está bien eso de la libre expresión, en cierta manera mientras que estén tranquilos no nos afecta a nadie”, declaró a MILENIO Noticias, Irasema, una mujer que a diario pasa por el lugar.
“Sí (lo siento inseguro) porque en cierta manera tienen un espacio para que lo disfruten, siempre y cuando no se sobrepasen y no porque la imagen que están dando, pero también tiene que haber un límite”, concluyó.
FS