Lideresa parlamentaria de Encuentro Social, cuarta fuerza política en la Cámara de Diputados, Olga Juliana Elizondo (Tamaulipas), se declara amante de la pesca deportiva y de la cabalgata, y aunque de niña soñó con ser torera, la vida la condujo a la política partidista y a la función pública.
Escucha desde cumbia y reguetón hasta música clásica, y su especialidad en la cocina son los mariscos borrachos, aunque igualmente disfruta la birria, la machaca con huevo y, muy particularmente, la carne asada.
¿Qué la llamó a participar en la política?
Bueno, es de familia: mis abuelos, mi padre. Mi papá, médico; mi abuelo, comerciante, y siempre nos enseñaron a servir. A mi papá de pequeña lo acompañaba a las consultas a domicilio y me formé de chiquita en Nueva Ciudad Guerrero, Tamaulipas.
Convivíamos con pescadores y los domingos íbamos ver a rejoneadores, a la fiesta brava. De chica yo decía, cuando me preguntaban qué sería de grande, que iba a ser torera, porque veía la fiesta brava como algo familiar.
A los 18 años voy a Monterrey, en la prepa se impulsaba el teatro sobre temas políticos; ahí ya me ponían como alcaldesa o empresaria. Mi formación fue en el Revolucionario Institucional, al que debo mi incursión en política, pero me quedo con lo bueno; lo que no me gustó, no permití ni que permeara, nunca fui borrego de nadie.
Luego viene la invitación a participar como presidenta municipal y la sociedad me dio la oportunidad de serlo. Cuando fui alcaldesa, fueron momentos muy complicados en mi estado y, al finalizar, dije que no volvería a la política, pero llegó la invitación de Encuentro Social y aquí estoy.
Más allá de la política, sus actividades…
¡Pescar! La pesca deportiva. Somos amantes de la pesca deportiva; ya tenemos más de 14 años con la familia de mi esposo de promover la actividad en distintos campos deportivos de pesca.
No soy cazadora, soy muy cuidadosa, me encanta ver a los animales en su hábitat natural, pero el turismo cinegético es muy importante en la región; tuvimos una época en que venían españoles a la cacería formal y regulada de jabalíes, pero en particular me encanta pescar y cabalgar…
¿Y ha vuelto a la fiesta brava?
No, fíjate que no, ya pasó. Eso fue de chica, era así como que medio entrona con los toritos o los becerritos, pero no, para nada. En pesca, me encanta la lobina negra, que es de la región, es el máximo trofeo. Hay un premio por ahí que fue de seis kilos y fracción, y entonces hay retos muy importantes; yo no he sacado tal bicho, como diría mi amigo Pedro Sors, pero he tenido buenas lobinas por ahí.
Las cabalgatas en nuestra región son muy comunes. Antes eran paseos abiertos todo el día. Hoy, desde pernoctar en los ranchos y de paseo a cabalgata. Somos a veces más de 400 en convivencia familiar.
¿Su comida favorita?
El cabrito, los mariscos borrachos, me quedan bien buenos; me gusta mucho la comida, la cocina, el borrego y la birria me encantan.
De frutas, el melón es uno de mis favoritos y la manzana tipo Golden; la roja no me gusta; la fresa tampoco; la naranja, la mandarina, me encantan; la guayaba no la tolero, porque de chiquita nos subíamos a un árbol y yo creo comí mucha guayaba.
Y no puedo dejar de lado la machaca con huevo, que es de nuestra región; la carne asada, que la verdad en nuestro municipio la genética de nuestros animales es tan buena, que a la carne falta solamente decir: “Rana” y brinco, a poner la lumbre para la carnita.
¿Qué música escucha?
Toda. La escucho en la casa, en el auto, todo. Dependiendo del estado de ánimo, o al estar con una buena lectura, vale la pena también a veces acompañarla de música clásica, ¿por qué no?; me gusta la cumbia, el reguetón, todo; no lo sé bailar, pero sí me gusta.
¿Y sus lecturas?
Nunca he sido muy buena para los libros; cuando llegué a la universidad, me decían: “Olga, pero si tus libros los dejas nuevos”, y es que soy de hacer resúmenes, cuadros sinópticos, y me queda muy claro y el libro lo guardo.
Me acaban de invitar a hacer la lectura de Las 48 leyes del poder, de Robert Greene, es muy interesante, reflexivo, te lleva a evaluar temas que pasan en tu entorno y te hacen reflexionar; ser persuasiva, escuchar antes de dar una respuesta, creo que es una lectura genial y muy rápida de digerir. No soy de mucha lectura, pero hay que retomar Aura, Pedro Páramo…
¿Hay algún personaje que la inspire?
Rigoberta Menchú, una mujer admirable; creo que cuando los seres humanos amamos en esencia de donde venimos, nos cautiva. Menchú me apasiona, porque su forma discursiva es el amor a la Tierra y, desde luego, en la parte histórica, Mahatma Gandhi.