Para los próximos 10 años habrán desaparecido 4 de las 7 lenguas indígenas que son reconocidas de manera oficial en Puebla, aunque todas están en crisis porque sus hablantes prefieren no compartirla a las nuevas generaciones para alejarlos del racismo.
Así lo dijo para MILENIO Puebla Gerardo Pérez Muñoz, activista oriundo de Huauchinango que advirtió al gobierno federal, estatal y a los 217 municipales la necesidad de promover políticas públicas en favor de la preservación y la revaloración de las lenguas indígenas ante el riesgo de que se extingan.
Según expuso el defensor de derechos humanos, el agua y el territorio indígena, son 47 variantes lingüísticas las que se hablan solo en Puebla capital y 61 en todo el estado, pues más allá de idiomas extranjeros, también hay presencia de hablantes del mapudongo o mapuche, mara, quechua, mame, kechi, cora, aguateco, kanjobal, lacandón, amuzgo, chatino y cakchiquel, sin dejar de lado a los más conocidos como el náhuatl, mixteco, zapoteco, otomí, n’guiwa o mazateco, producto de la migración de zonas rurales a las ciudades y el “boom” de las universidades públicas.
Sin embargo, son solo 7 lenguas las que se reconocen de manera oficial por las autoridades: el náhuatl, el totonaco, el otomí, el n’guiwa, el mazateco, el mixteco y el tepehua.
“Puebla es una entidad pluriétnica, multicultural y plurilingüística. Considero que a la mitad de este decenio van a desaparecer entre 4 o 5 lenguas, la Unesco dice que una lengua está en proceso de desaparecer cuando solo el 35 por ciento de sus hablantes la habla, cuando ya no hay transmisión intergeneracional y el uso de la lengua solo se hace en espacios privados”.
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Pérez Muñoz pronosticó que el tepehua está destinado a la extinción porque únicamente es hablado por 165 personas de Mecapalapa, en Pantepec; al igual que el otomí, pues la única localidad que lo preserva es San Pablito Pahuatlán, en la Sierra Norte.
En las mismas condiciones se encuentra San Felipe Otlaltepec, en la Mixteca, con el n’guiwa, “mal llamado popoloca porque es un término racista impuesto por el imperio azteca”, así como al mazateco en la Sierra Negra. “¿Qué es lo que ha faltado? Evidentemente no hay políticas públicas, ninguna institución federal, estatal ni municipal les ha importado esto”.
El activista criticó el actuar de algunos órganos federales, estatales y municipales porque a su parecer, no están llevando a cabo acciones para integrar a las comunidades y revertir la extinción de su lengua, como el Instituto de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Poblano de Pueblos Indígenas (IPPI), la delegación en Puebla de la Dirección General de Culturas Populares, el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA) y el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (Imacp).
“Los gobiernos deberían de quitarse, dejar de joder, hacerse a un lado y dejar que las comunidades lleven a cabo sus propios procesos, a veces los gobernantes no tienen idea de la riqueza”.
Señaló que otras causas que promueven la desaparición de las lenguas indígenas son el despojo de los territorios, la categorización de “rebeldes” a las comunidades que se niegan a adoptar las formas occidentales de vida o el interés de las comunidades por aprender español o inglés para buscar mejores oportunidades de desarrollo personal.
“Es el caso de los mixtecos en Puebla, muchos de ellos son trilingües o cuatrilingües, hablan mixteco, español, inglés y algunos que venden flores en Holanda dominan otra lengua”.
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Además, compartió que otro factor a considerar es que históricamente, “la gente está más ligada con la visión de los vencedores que con la visión de los vencidos”, ya que se busca “borrarle la memoria histórica a los pueblos, que no tengan memoria, que no crean que tuvieron pasado porque entonces se envalentonan y quieren tener un futuro”.
No obstante, Gerardo Pérez Muñoz consideró que no todo está perdido porque recientemente parte de la población mexicana se autoadscribe o identifica como integrante de un pueblo indígena.
“Este es un primer paso para luchar contra el racismo y ya no es solamente la lengua un elemento determinante para saber quién es o no indígena, hay otros elementos subjetivos como la comida, los bailes, las danzas, la música, la concepción de la vida que está impregnada en el sujeto”, finalizó.
mpl