Año con año desde la aparición de la pandemia provocada por el covid-19 hasta la época actual, la demanda de consultas por temas relacionados a la salud mental aumentó en el Centro de Tratamiento e Investigación de la Ansiedad (Cetia) de forma constante, para alcanzar un incremento del 171.39 por ciento en solo tres años.
Sobre ese incremento, tanto Thomas Huggins, director de la Escuela de Psicología de la Universidad de Monterrey (UdeM), como el director del Cetia, Jaime Carrillo, coincidieron que la etapa actual es muy importante.
Dado que, explicaron, está comprobado que luego de un evento catastrófico, casi 40 por ciento de la población presenta algún síntoma relativo a las enfermedades emocionales o mentales.
Y es que en el caso de la ansiedad, es un problema mental que la OMS tiene monitoreado desde el primer año del confinamiento por covid-19, pues sus estadísticas marcan un incremento en sus atenciones.
“Después de un gran evento en ciertos términos como catastrófico se sube a casi 40 por ciento de la población afectada”, señaló Thomas Huggins.
“La Organización Mundial de la Salud en su informe de marzo del 2022 nos decía que solo en el primer año de la pandemia hubo un aumento del 25 por ciento en casos de ansiedad en la población, algo nunca antes visto.
“Aquí en el Cetia, entre el año 2020 con relación al 2019, tuvimos un aumento del 14 por ciento, sin embargo, del 2021 al 2020 dimos un salto cuántico de un aumento del 38 por ciento y se mantuvo esta tendencia con un alza del 32 por ciento en el 2022 con respecto al 2021”, precisó Carrillo.
De manera específica, en el año 2019 tuvieron 451 solicitudes de consulta; en 2020 un total de 556; en 2021 un acumulado de 863; y en 2022 más de mil 200, al cerrar con mil 224.
Es decir, un incremento en tres años del 171.39 por ciento al pasar de 451 a mil 224 la demanda de atención.
“El impacto que tuvimos en la pandemia tiene muchísimo que ver, se ve un aumento considerable en la solicitud de atención por salud mental”, señaló el decano de la UdeM.
Situación que se agravó al pasar del home office a la vida “normal” previa a la llegada del covid-19.
Por lo que, destacó Jaime Carrillo, atendieron un buen número de casos de personas que sufrían un ataque de ansiedad o de pánico al estar en el tráfico.
“Algo que nosotros veíamos, y tuvimos varios casos de este tipo, de adultos que estábamos en un contexto ordinario, llega la pandemia nos mandan de home office y luego nos regresan, eso fue un choque verdaderamente fuerte.
“Atendimos un buen número de casos de gente que se quedaba atorada en el tráfico con un ataque de ansiedad y de pánico, que no se podía movilizar por una carga emocional que había guardado por varios meses”, comentó Carrillo.
En la parte álgida de la pandemia, señaló el académico, nos enfrentamos con la muerte, a un grado de estrés doméstico con un alza en la violencia. Aunado al tema de la soledad, el miedo al contagio, la pérdida de seres queridos y el impacto producido en lo económico.
Y todas esas cosas llevaron a que muchas personas empezaran a identificar síntomas y que los paralizaban.
“La gravedad de los síntomas está directamente relacionada a la carga emocional que guardamos durante todos estos meses (de pandemia) y regresar fue como una bofetada, un golpe directo a la cara, al cual literalmente no estábamos preparados como población”, enfatizó.
Los motivos de consulta, agregó el especialista, el mayor porcentaje está concentrado en los trastornos de ansiedad, en segundo lugar síntomas específicos de depresión, en tercero el manejo de la estima personal, y en cuarto lugar está un alto grado de estrés.
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