Sin recursos, pacto "quedará en carta de buenas intenciones": Mastretta

La integrante de Dale la Cara al Ayotac explicó que los niveles de contaminación en el Atoyac se mantienen sin cambios durante la pandemia.

Mastretta Guzmán explicó que es fundamental que se destinen partidas específicas para enfrentar el problema del Atoyac. (Andrés Lobato)
Jaime Zambrano
Puebla /

El Convenio Marco para el Saneamiento del Río Atoyac, firmado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con los gobiernos de Puebla y Tlaxcala, se quedará en una carta de “buenas intenciones” si no se aplican recursos económicos, materiales, de infraestructura y humanos.

Verónica Mastretta Guzmán, integrante de la asociación civil Dale la Cara al Atoyac, organización que encabeza la lucha para lograr el rescate de los afluentes que cruzan por el estado de Puebla, resaltó que el convenio en el que, también, participan la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), así como los municipios colindantes con el río y sus afluentes, busca ser una respuesta a la recomendación No. 10/2017 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por la violación a los derechos humanos a un medio ambiente sano, saneamiento del agua y acceso a la información sobre la contaminación de los ríos Atoyac y Xochiac, debido a las descargas municipales e industriales; sin embargo, resulta insuficiente.

En entrevista para MILENIO Puebla, Mastretta Guzmán explicó que durante la firma del acuerdo no se mencionó la aplicación de recursos, situación que es preocupante porque puede quedarse como un documento más, ante lo cual, se tendrá que esperar a analizar el documento final.

“Si en este convenio marco no se le están dando recursos materiales a quienes se harán cargo de la vigilancia e inspección no van a poder trabajar, quedaría como una carta de buenas intenciones. No puedo decir que sea una carta de buenas intenciones sin ningún peso, porque no hemos visto el convenio final”, comentó.

Señaló que el área de cuidado al medio ambiente está sufriendo recortes presupuestales como muchas otras en la administración federal, ante lo cual, es fundamental que se destinen partidas específicas para enfrentar el problema.

El convenio establece la colaboración para construir diversas obras de drenaje y saneamiento para salvaguardar la conservación de la cuenca del Alto Atoyac, y plantea que la Conagua ya elaboró el proyecto ejecutivo e integra la Manifestación de Impacto Ambiental para 10 kilómetros de colectores y subcolectores.

“En Conagua me dijeron que les iban a compartir atribuciones de inspección y vigilancia, pero sin recursos ¿cómo se realizarán las mediciones, las pruebas para dictaminar si alguien está fuera de la ley o no, de la norma del agua?”, explicó.

Resaltó que, durante la firma del acuerdo, ninguna de las autoridades participantes mencionó el monto de recursos que se aplicará para comenzar el rescate del río Atoyac, uno de los más contaminados del país.

“Una propuesta que no está sustentada en recursos ni etiquetados es hueca. Inspección, vigilancia, el jurídico, requieren de recursos. Sabemos de áreas de Conagua a las que le recortaron recursos. Sí tenían esperanzas en esto”, apuntó Mastretta Guzmán.

La integrante de Dale la Cara al Ayotac explicó que los niveles de contaminación en el Atoyac se mantienen sin cambios durante la pandemia y sus aguas siguen representando un riesgo para la población.

Resaltó que para lograr el rescate del río Atoyac y de los afluentes que conforman la cuenca, se requiere, en primer lugar, conocer con exactitud los contaminantes y los responsables de arrojarlos; para luego detener las descargas irregulares y, posteriormente, comenzar un periodo de atención, limpieza y restauración.

AFM

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