En zonas metropolitanas como la de Puebla, se presenta el fenómeno conocido como “islas de calor” ante el aumento de temperatura en determinados espacios, por las masas de concreto y los materiales absorbentes.
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De acuerdo con el análisis de Edwin González Meza, investigador del Departamento de Arquitectura; Mónica Alatorre Fernández de Lara y Emmanuel Guarneros Ortiz, arquitectos por la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), el fenómeno de la concentración de calor en determinados lugares está relacionado de manera directa con el tamaño de la ciudad y es directamente proporcional a la mancha urbana.
Ante la formación de “islas de calor” en las ciudades, la investigación desarrollada en la universidad ubicada en San Andrés Cholula propone tres estrategias diferentes: la primera tiene que ver con la construcción de cañones urbanos; la segunda, asfalto con pasto a los lados; y la tercera, vegetación.
Los arquitectos no pueden evitar retener el calentamiento global, pero sí pueden desarrollar diferentes estrategias que reduzcan los efectos de las islas de calor en las ciudades, construyendo estrategias como vegetación y el uso de diferentes tipos de materiales en los pavimentos.
Por su parte, Marco Enia, académico del Departamento de Arquitectura de la Udlap, resaltó que tanto la isla de calor como el calentamiento global se deben, en parte, a la manera en la que fueron diseñados los territorios de una ciudad y, de alguna manera, la forma en la que es usada.
“La isla de calor urbano se debe claramente a cómo está diseñada la ciudad, qué materiales se emplean, cuál es la densidad urbana, y si hay presencia de áreas verdes. También tiene que ver, quizá, la manera en la que la usamos, el uso masivo de coches privados para desplazarnos, lo que implica la construcción de calles de asfalto que ocupan todo el territorio, quizás el uso de sistemas de calentamiento y aire acondicionado”.
Respecto al calentamiento global, el investigador resaltó que se presenta por la huella de carbono de las ciudades a partir de los materiales y de los sistemas constructivos que se usan en el desarrollo de viviendas e inmuebles.
En tanto, Iván Oropeza Pérez, investigador de la Udlap, a pesar de que la isla de calor y el calentamiento global, son fenómenos distintos, la mitigación de ambos problemas requieren de estrategias similares en el sentido de tratar de tener un confort térmico para las personas que están dentro de la ciudad.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, la actividad del sector edificios y construcción consume el 36 por ciento de la energía y es el responsable del 39 por ciento de los gases de efecto invernadero.
“Los arquitectos o los urbanistas tienen la opción no solamente de cambiar o frenar el efecto del calentamiento global al hacer e implementar cierto tipo de estrategias como lo son la captación de agua pluvial, el uso de árboles o vegetación para absorber el agua, las hortalizas urbanas, entre otros”, finalizó el especialista de la universidad poblana.
AAC