La organización no gubernamental Dale la Cara al Atoyac alertó por un aumento de la contaminación de los ríos que pasan por Puebla y que forman parte de la cuenca del Alto Atoyac ante la falta de acciones de los ayuntamientos y el reducido personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Verónica Mastretta Guzmán, consejera de la organización que impulsa acciones para el cuidado del medio ambiente y el rescate de los afluentes que pasan por la entidad, resaltó que la espuma que se aprecia en los afluentes son resultado de una combinación de jabones con sustancias tóxicas.
Ante el crecimiento de las industrias y las empresas que operan de forma irregular, la contaminación en la cuenca del río Atoyac, uno de los que enfrenta más problemas en el país, sigue en aumento.
“Los últimos análisis que hicimos, nos revelan que se mantiene una alta contaminación. Nada puede cambiar porque todo el entorno se mantiene igual. La espuma que estamos viendo es tóxica porque los componentes del jabón se mezclan con otros contaminantes. Los detergentes tienen exceso de fosfatos que se alían y sostienen cosas tóxicas que trae el río”, expresó Mastretta Guzmán.
- Te recomendamos IP y agricultores, culpables por espuma “tóxica” en Valsequillo Gobierno
En entrevista para MILENIO Puebla, la consejera de Dale la Cara al Atoyac destacó que existe una gran cantidad de empresas que operan en los alrededores de los ríos y barrancas que forman parte de la cuenca del Alto Atoyac y que arrojan aguas contaminantes de manera clandestina.
“Existe toda una cadena de omisiones de las administraciones de los ayuntamientos y muchas empresas operan sin permisos de ningún tipo, no tienen colectores, contaminan el agua y la arrojan de manera clandestina”, destacó.
Entre las acciones que faltan por realizar a los ayuntamientos se encuentra una revisión de las licencias de funcionamiento y aplicar sanciones a aquellas que contaminan los afluentes.
Señaló que, junto a la ausencia de acciones por parte de los ayuntamientos, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cuenta con una reducida capacidad para analizar lo que sucede con el agua y con las descargas de contaminantes a zonas federales.
Resaltó que, al norte de la capital del estado, operan bodegas que, en su interior, en realidad, reciben aguas residuales y luego las arrojan a los ríos y barrancas sin que los ayuntamientos realicen acciones contra dichas empresas u organizaciones.
mpl