Sergio Gómez es pintor artístico autodidacta desde hace 35 años, nunca estuvo en sus planes pintar al óleo a Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, durante la visita del Presidente a Jalisco, cruzó mares y tierras para poder entregarle personalmente la pintura.
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Hace un mes, mientras Sergio dormía se le vino a la mente una posible idea para el óleo en el que estuvo trabajando arduamente.
“Empecé a ver fotos y se me empezó a desarrollar la pintura como usted la ve. Me preguntaron qué cuándo había tomado la foto de la pintura que hice de Andrés Manuel y les dije que yo había generado esta creación”, detalló.
Junto con su hijo Adrián, consiguieron una camioneta para poder desplazarse hasta el Colegio del Aire y durante una hora estuvieron custodiando el punto por donde saldría López Obrador, luego de que finalizara la mañanera.
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Sergio se entusiasmó de ver como las personas que pasaban por la zona miraban asombrados el trabajo que realizó y aunque reconoció que la política y lo que conlleva nunca fueron de su interés, no perdió la esperanza de entregar su cuadro.
Sabía que, en el peor de los escenarios, existía la posibilidad de tener que llevarse el cuadro a casa, sin embargo, haría todo lo posible por conocer a Andrés Manuel.
“Seguir insistiendo para que él reciba la pintura y al menos creo que aquí ya se está dando la oportunidad de hacerlo saber y esto puede generar una curiosidad para él y órale ahí está la pintura”, señaló.
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A las 10:15 de la mañana su sueño se le cumplió, pero a medias, porque López Obrador no se bajó del vehículo en el que viajaba, a pesar de los gritos de las personas que también lo esperaban para abordarlo y que le decían que bajara un momento, el Presidente no lo hizo.
En su lugar uno de sus escoltas fue quien se acercó, tomó la pintura y la subió a la camioneta negra en la que se encontraba el mandatario.
Sergio regresó a casa con las manos vacías, pero no como esperaba que fuera el encuentro.
MC