Luego de que apenas unos días atrás, en Ajijic, localidad de Chapala Jalisco, aparecieran cientos de peces muertos, la devastadora escena volvió a repetirse y conmocionó, en esta ocasión, a vecinos de la colonia Colinas de San Miguel y del fraccionamiento Capital Norte en Zapopan.
Miles de peces, principalmente mojarras, aparecieron muertos a lo largo de varios kilómetros del cauce del Río Blanco, un arroyo que alguna vez fue símbolo de vida y frescura para esta zona del municipio zapopano.
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Abel Plascencia, vecino de Colinas de San Miguel, vio espantado la dantesca escena, luego de que un olor fétido haya entrado hasta su casa, donde se encontraba trabajando.
"Miren nomás, el pescadal jijo e la chingada que está muerto, en toda la orilla del arroyo. Son miles de peces que están por la orilla del Río Blanco son los olores lo que nos alarmaron y a la vista de todo el mundo están, pero es una exageración, miles y miles de mojarras", relató el hombre.
Denuncia contaminación de los cotos aledaños
Con tristeza, Abel recuerda lo que hace más de tres décadas era la cuenca del Río Blanco, y del que hoy sólo quedan eso, los recuerdos y miles de peces moribundos a lo largo de una orilla lodosa, a causa de los desechos vertidos por personas irresponsables.
"Era hace más de 30 años, un río limpio, el famoso río blanco, de hecho, pero pues ahorita ya está contaminado de drenaje desde Misión del Valle, Jardines del Valle, Nuevo México y todos los otros cotos que están aquí, pues en las inmediaciones todos echan lamentablemente sus descargas aquí a este arroyo", lamentó.
Y Abel no exageró. MILENIO documentó la gravedad de la situación a la altura del Colegio Tepeyac, donde las cámaras captaron montones de peces sin vida, embarrados en el lodo, atrapados a la orilla del río, mientras otros cuerpos flotaban en el agua turbia, arrastrados por la corriente. Un cuadro desolador que evidencia no solo el alto nivel de contaminación, sino también la inacción de las autoridades.
Las mojarras muertas no son del Río Blanco
En la zona se realizaban trabajos con maquinaria pesada para entubar el río, pero las causas exactas de la muerte masiva siguen sin esclarecerse. Vecinos aseguraron que las mojarras no son originarias del arroyo que nace en Nextipac y desemboca en el pueblo Río Blanco, lo que despierta aún más sospechas sobre el origen del desastre ecológico.
Aproximadamente tres kilómetros de cauce se encuentran cubiertos de peces muertos. El olor es cada vez más fuerte y la preocupación por la salud pública es creciente:
"No pues es una desgracia, oiga, porque este río, este arroyo estaba limpio hace muchos años, yo soy testigo de eso, lamentablemente nuestro gobierno que permite tantas descargas de aguas negras aquí. Ojalá y no nos enfermemos porque es una hediondez, son miles, miles, miles de peces los que han muerto", lamentó nuevamente Abel.
La comunidad exigió una investigación inmediata y sanciones a quienes resulten responsables, pero, sobre todo, un alto a la impunidad ecológica que sigue envenenando los ríos y poniendo en riesgo a toda una comunidad.
OV