México ocupa el primer lugar en el mundo por la superficie de sus áreas marinas protegidas, son 75 millones de hectáreas que en realidad, se encuentran desprotegidas por la federación, ya que en promedio cuentan con 0.17 centavos por hectárea para su conservación, según una investigación de la organización Causa Natura.
De 2014 al 2020, la entidad encargada de la protección de estos sitios, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) sufrió una reducción estimada del 52.6 por ciento en su presupuesto, mientras que la superficie protegida aumentó 2.5 veces en ese periodo.
De acuerdo con solicitudes de información presentadas por la ONG, 15 áreas marinas protegidas no cuentan con un solo peso del presupuesto en gastos operativos para su protección, entre ellas se encuentran Yum Balam, área donde se encuentran las islas de Holbox; los arrecifes de Sian Ka’an y Playa Escobilla, santuario de tortugas golfinas.
Mientras que para sitios como el Alto Golfo de California –refugio de la vaquita marina–, y la isla de San Pedro Mártir no se reporta el presupuesto asignado.
Además, otras 25 áreas marinas cuentan con menos de 5 pesos por hectárea, como Banco Chinchorro, Pantanos de Centla. Dos áreas: Ría Lagartos y el Sistema Arrecifal Veracruzano tienen apenas 6 pesos por hectárea.
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Otras ocho áreas marinas tienen entre 11 y 50 pesos, entre ellas los arrecifes de Sian Ka’an que cuenta con 26 pesos, Huatulco con 37 pesos por hectárea, Cabo Pulmo, conocido como el acuario del mundo cuenta con 22 pesos por hectárea protegida, los manglares de Nichupté con 34 pesos, Cabo San Lucas tiene 22.5 pesos y Balandra cuenta con 35 pesos por hectárea.
El Arrecife de Puerto Morelos tiene 72 pesos por hectárea; dos áreas marinas más pueden destinar 100 pesos por hectárea: la costa occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc y la Isla Contoy.
Las Islas Marieta gozan de 138 pesos por hectárea y la playa de Puerto Arista 263 pesos. Entre las menos desfavorecidas, la Isla Isabel cuenta con 727 pesos, Playa Tierra Colorada tiene mil 641 pesos y la de mayor presupuesto por hectárea, Rancho Nuevo cuenta con 2 mil 063 pesos, según cifras de la organización.
“En promedio, el presupuesto fiscal asignado para costos operativos en 2021 fue tan solo de $0.17 pesos por hectárea; además de que esta cifra no es uniforme para todo el territorio marino y costero protegido”, indica la investigación "Las extensas áreas marinas ‘desprotegidas’ de México”, desarrollada por Harumi Hayashida, Arturo Cisneros y Miguel Palmeros.
Destacan que al santuario Playa de Rancho Nuevo en Tamaulipas le fueron asignados 2 mil 063.92 pesos por hectárea, mientras que otras áreas marinas como el Parque Nacional Revillagigedo, tuvo un presupuesto de solo de 0.01 pesos por hectárea. En tanto, a la Reserva de la Biosfera Mexicano Profundo, a pesar de ser el AMP más extensa del país, con 634 mil 614 hectáreas, se le otorgaron 27 mil pesos, prácticamente cero pesos por hectárea: 0.001 pesos.
“La conservación no es valorada por el actual gobierno. Las áreas marinas protegidas pretenden la protección directa de los hábitats profundos, sus recursos y los servicios ambientales que proveen, pero sin presupuesto para operarlos se convierten en territorios desprotegidos, expuestos a la sobreexplotación, la degradación y a la lamentable pérdida de la biodiversidad que habita en ellas”, indica el documento.
Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) son la herramienta de conservación de la naturaleza y su biodiversidad. Son definidas como “porciones terrestres o acuáticas del territorio nacional representativas de los diversos ecosistemas, en donde el ambiente original no ha sido esencialmente alterado”. En nuestro país, existen 182 ANP, de las cuales 62 son áreas cuya superficie es total o parcialmente marina o costera.
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Las Áreas Marinas Protegidas representan una superficie de 75 millones de hectáreas, concentradas principalmente en seis regiones; de acuerdo al Índice de Desempeño Ambiental (EPI, por sus siglas en inglés) 2018, México ocupa el primer lugar en el mundo por la superficie de sus AMP.
Los autores de la investigación destacaron que los mares y sus litorales ofrecen beneficios ecológicos por tratarse de zonas de recuperación de poblaciones pesqueras y de protección de hábitats y ecosistemas, además de que generan beneficios sociales y económicos para las comunidades costeras que viven de la pesca y el turismo.
En 2019 había en nuestro país más de 213 mil personas trabajando directamente en la industria pesquera, aportando 19,370 millones de pesos. Según el estudio “Nature-based marine tourism in the Golfo of California and Baja California Peninsula: Economic benefits and key species”, cada año el turismo marino basado en la naturaleza en el Golfo de California y la Península de Baja California genera una derrama de 518 millones de dólares dando empleo directamente a 3 mil 575 personas.
“El mar y sus costas contribuyen a la seguridad alimentaria y a la reducción de la pobreza y los efectos del cambio climático. Sin embargo, la constante reducción de financiamiento en los últimos años ha dificultado la operatividad de estos espacios”.
Según datos presentados en el Taller “Hacia el fortalecimiento del Sistema de Áreas Naturales Protegidas desde el ámbito Legislativo”, del 2014 al 2020 hubo una reducción estimada del 52.6 por ciento en el presupuesto de la Conanp, mientras que la superficie protegida aumentó 2.5 veces en este periodo.
DMZ