La armonía y la autosuficiencia en la mente de las personas son clave para que las personas puedan ser felices y alcanzar la paz interior en el marco de los efectos que genera la emergencia de covid-19.
En el punto anterior coincidieron Nayeli Josela Romero López, Charles Maurice Pigott, Francisco Iracheta Fernández y Héctor Manuel Ramírez, durante el webinar titulado “Las humanidades y la sanación: visiones para una nueva década”, organizado por la Universidad de las Américas Puebla (Udlap).
Romero López explicó que las ideas de Aristóteles brindan elementos para analizar comportamientos o conductas humanas que han estado aconteciendo en la época actual de pandemia.
“Para Aristóteles, el vicio es una acción que genera placer al individuo que la lleva acabo, pero que corresponde a una conducta moralmente reprochada; es decir, una persona viciosa es aquella que actúa ignorando lo moralmente bueno en lo social por que obtiene cierto placer. Hoy en día, dentro de la pandemia que transformó la forma en la que el ser humano estaba habituado, sabemos que lo moralmente bueno es el seguimiento de los protocolos para evitar la propagación del virus y el que no use esos protocolos lo lleva a ser una persona viciosa”, explicó.
Por su parte, el investigador Charles Maurice Pigott destacó que los desafíos que enfrentan los seres humanos adquirieron dimensiones mayores, pero a la vez la capacidad de innovación puede ser la salida.
“En este contexto sin precedente para el ser humano, las humanidades juegan un papel fundamental sobre todo en cuanto a la sanación en términos de salud física, psicológica, medioambiental y social”, expresó.
En tanto, el investigador Francisco Iracheta Fernández resaltó que la filosofía y salud del alma conforman la condición terapéutica para enfrentar las adversidades, tomando en cuenta que el equilibrio de los estados mentales intencionales y el autodominio desde la propia voluntad crítica.
“Estar en armonía y ser autosuficiente en el sentido en que basta tu mente y voluntad, junto con algunos pocos bienes, son necesarios para vivir feliz y alcanzar la paz interior”, mencionó el académico de Humanidades de la UDLAP.
Para Iracheta Fernández, el desequilibrio de estados mentales y la falta de autosuficiencia, aunado a la falta de ciertos bienes básicos, fáciles de lograr, hace a un alma enferma e infeliz.
Por su parte, Héctor Manuel Ramírez Ríos resaltó que se está presentando una des-medicalización que hace referencia a un proceso caracterizado por la función política de la medicina y por la extensión indefinida y sin límites de la intervención del saber médico.
“La medicalización tiende a clasificar como enfermedades los problemas cotidianos de las personas, tomando así relevancia, por ejemplo, la visión anti psiquiátrica la cual trata problemas cotidianos que no deben ser tratados desde la codificación médica”, finalizó.
mpl