La fe por la religión católica no se detuvo en este Domingo de Resurrección en la ciudad de Toluca, sin embargo, se tuvo que adecuar a los tiempos del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19 y a las restricciones sanitarias que brindan los organismos de salud por la llegada del virus a México y a suelo mexiquense.
El Arzobispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla y el párroco de San José el Sagrario, Pedro Cruz, comandaron el recorrido de “Jesús Sacramentado” por el centro de la capital mexiquense, donde bendijeron a los creyentes hasta la puerta de sus hogares y sus negocios.
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El convoy de por lo menos cinco unidades pudo ser seguido a través de redes sociales y comenzó su travesía en las inmediaciones del Panteón General de Toluca, para avanzar por la calle Miguel Hidalgo, dar un paseo por las avenidas del centro de la ciudad y finalizar en la Catedral de San José.
Este recorrido evidenció la poca afluencia de los ciudadanos en las calles; sin embargo, curiosos y transeúntes se tomaron unos minutos para observar el andar de la figura religiosa e incluso hincarse al advertir la imagen.
El mensaje de la Arquidiócesis de Toluca fue claro: dar fortaleza espiritual a la gente en medio de la pandemia. “A todos les bendecimos. Familiares, amigos, seres queridos, creyentes, no creyentes, todos bendecidos por la gracia de Jesucristo”.
El domingo fue diferente y es que no es la primera vez que la actual administración echa mano de la tecnología y adecua los rituales para hacer frente al covid-19 a través de la fe a la par de respetar las recomendaciones de sana distancia, ya que apenas hace unas semanas llevó su mensaje de fe sobrevolando municipios del Estado de México en un helicóptero.
“Reconocemos que en estos días hay muchas emociones, sentimientos fluyen en torno a la incertidumbre de lo que a futuro vendrá, a esta situación que vive la humanidad. Nuestra fe y confianza será en Jesús en que él no nos deja solos, no nos abandona”, precisó la arquidiócesis.
El recorrido de Jesús Sacramentado durante este día que marca el fin de la Pascua y que celebra uno de los pasajes más importantes de la religión católica, terminó tras casi una hora, sin embargo, el mensaje y la bendición no se quedaría solo en el centro de la capital porque cada sacerdote tuvo la instrucción de visitar sus comunidades para bendecirlos hasta la puerta de su casa y no interrumpir sus trabajos y labor religiosos.
MMCF