En Puebla, solo uno de cada cuatro municipios cuenta con Atlas de Riesgo actualizado para enfrentar riesgos relacionados con fugas de ductos de combustible, sismos, inundaciones y otros agentes perturbadores.
Así lo explicó Lorena Cabrera Montiel, coordinadora de la Especialidad en Gestión Integral del Riesgo de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien resaltó que 37 municipios cuentan con un atlas de riesgo, situación que refleja el grado de vulnerabilidad.
Resaltó que a nivel estatal falta un plan de Gestión Integral del Riesgo que permita a la población conocer las medidas preventivas y los pasos a seguir ante alguna contingencia ocasionada por algún agente perturbador.
"Son 37 los municipios que tienen Atlas de Riesgos, son los más grandes, entre ellos, la capital y los municipios más grandes", comentó la experta de la Ibero.
Ante la fuga de gas y la llama que se registra en la población de San Lorenzo Almecatla, en Cuautlancingo, por una toma clandestina, la especialista resaltó la necesidad de que la población conozca las acciones a seguir ante una situación de amenaza.
“Una visión integral de la gestión de riesgo incluye a toda la población y vemos una falta de comunicación. Falta la estructura institucional que pueda dar a conocer los riesgos y la forma en que se debe actuar ante algún desastre", explicó la investigadora.
En el marco de la presentaron de la Especialidad en Gestión Integral del Riesgo, que forma parte del Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura, la especialista lamentó que la población desconozca el riesgo que lo rodea y realice actividades comunes al lado de ductos o de infraestructura que implican un riesgo para su salud y para su vida.
Por su parte, Óscar Soto Badillo, director de Investigación y Posgrado de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó la importancia de que se unan esfuerzos gobierno, sociedad civil y comunidades, para avanzar hacia una nueva manera de entender el riesgo y el impacto que tienen los desastres en las poblaciones.
El especialista explicó que se debe trascender a la mirada reactiva para tratar de construir una forma distinta de enfrentarse a las contingencias a partir de una construcción institucional que contemple la prevención y la reacción organizada.
“En el caso de Puebla, de los 217 municipios, al menos 131 enfrentan condiciones de desastres, de carácter climatológico o bien, de carácter telúrico. Estamos en una zona de alta vulnerabilidad de desastres” señaló.
Por último, el especialista comentó que en Puebla se mantiene la vulnerabilidad del tejido de infraestructura, situación que demuestra que faltan acciones para lograr una cohesión social, comunitaria y la capacidad de respuesta ante emergencias.
MITM