Ante la pandemia de la covid-19, la población que prefiere caminar para llegar a lugares cercanos aumentó a 44.3 por ciento; sin embargo, existen diferentes obstáculos que complican los desplazamientos.
De acuerdo con el análisis “El peatón tiene el desafío de buscar ciudades equitativas, agradables y seguras”, realizado por Octavio Flores Hidalgo, profesor investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), los peatones encuentran barreras como la presencia de ambulantes, banquetas con obstáculos, drenajes en malas condiciones, puentes en malas condiciones y hasta ausencia de espacios para desplazarse.
“El uso del automóvil en las ciudades se ha convertido en una necesidad, por las grandes distancias que ahora se hacen en la ciudad de Puebla, se usa el auto por comodidad o estatus, constituye un peligro para la calidad de vida urbana”, comentó.
El automóvil se apropió del espacio público, factor que generó una profunda transformación urbana y las ciudades se adaptando a la minoría de los que utilizan vehículos, situación que impacta en la calidad de vida.
“La supremacía del automóvil sobre la del peatón es evidente, los semáforos están diseñados para controlar y coartar el libre movimiento de los peatones y no están sincronizados en su mayoría, contra un breve periodo para peatones, que resulta insuficiente para personas de la tercera edad, niños, y con movilidad restringida”, explicó.
Al mismo tiempo, se presenta la ausencia de banquetas o si existen, la deficiencia de las aceras es evidente porque están en mal estado o están obstruidas, con ello, no se puede alcanzar una movilidad en línea recta, el trazado más corto y directo.
“Los peatones deben someterse a los cruces absurdos, giros para facilitar la circulación rodada. Faltan además los criterios de inclusión en cuanto a pendientes o líneas podotáctiles, entre otros, con los que deben cumplir estos espacios para garantizar el derecho a la movilidad”, lamentó.
Ante los retos, el especialista resaltó la importancia de que se implementen acciones para que la población pueda desplazarse caminando o en transporte público y se alcance la accesibilidad universal que permita a todas las personas desplazarse con seguridad en el espacio público, y sentido de comunidad.
“Cuanto más caminable es una ciudad, mejores y más fuertes son los lazos que se generan en la comunidad, consumo al pequeño comercio local, construcción de redes de relaciones. Al mismo tiempo, usuarios de automóviles tienen que entender que cuando maneja debe respetar las condiciones y el reglamento que le permite convivir con otros medios de transporte”, explicó.
AFM