Los migrantes de origen poblano en Estados Unidos autorizados que cuentan con derechos y beneficios públicos y manejan mejor el idioma inglés, así como los no autorizados, es decir, los sin papeles que se desenvuelven en la clandestinidad y cuentan con empleos menos remunerados y más riesgosos, están enfrentando condiciones críticas ante la contingencia generada por el coronavirus que impactarán en el envío de remesas.
De acuerdo con el análisis “Remesas, ingreso fundamental con altos costos humanos”, realizado por Miguel Ángel Corona Jiménez, investigador en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla, los recursos que envían los poblanos hacia la entidad caerán 17 por ciento al cierre de este año.
El análisis revela que México es el cuarto país a nivel mundial en recepción de remesas, las cuales representan más del cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en varios estados. En 2019, los migrantes en el extranjero enviaron a Puebla un total de mil 763 millones de dólares, unos 40 mil 549 millones de pesos a un tipo de cambio de 23 pesos por dólar, por concepto de remesas familiares, lo que representó un incremento anual de 3.4 por ciento.
De acuerdo con el Banco de México, en los primeros tres meses de este año, los migrantes mandaron a Puebla 436 millones de dólares, poco más de nueve mil 982 millones de pesos a un tipo de cambio de 23 pesos por dólar, lo que representó un aumento de 10.9 por ciento más de remesas en comparación con el mismo periodo de 2019.
El análisis de Corona Jiménez agrega que la pandemia de coronavirus está causando estragos en los trabajadores migrantes, especialmente aquellos que residen sin autorización. Pese al incremento inicial del año y ante las complicaciones económicas durante marzo y abril, el envío de remesas de los connacionales que viven en Estados Unidos tenderá a caer en el resto del año para todo el país y, en particular, para Puebla.
El especialista de la Ibero Puebla resaltó que, pese a las condiciones complicadas en Estados Unidos, no se contempla un regreso masivo de connacionales porque en México existen dificultades económicas y sanitarias.
“La frontera entre México y Estados Unidos es muy amplia y porosa, lo cual permite el tránsito legal e ilegal de compatriotas en busca de mejores oportunidades laborales. La población de origen mexicano en la Unión Americana asciende a los 38.4 millones de personas, y se encuentran principalmente en Los Ángeles, Chicago, Nueva York y Houston. De los 12.3 millones de migrantes mexicanos, 6.2 millones residen sin ciudadanía”, finalizó.
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