Detectan 10 supermercados que venden hielo a precio de pescado

Aunque consumidores llegan a pagar hasta 50 por ciento por el peso del hielo, la Profeco no puede sancionar esta práctica fraudulenta por vacíos legales.

El consumidor llega a pagar hasta 50 por ciento del glaceado de pescados y mariscos. (Archivo | Cuartoscuro)
Ciudad de México /

Diez de las principales cadenas de supermercados en la Ciudad de México venden hielo a precio de pescados y camarones. Se trata de una práctica fraudulenta por la que no se dan kilos completos, ya que hasta el 50 por ciento del peso del producto empacado corresponde al glaseado, una capa de agua congelada que protege a los productos del mar para su distribución, pero de la cual se abusa para engañar al consumidor, reveló la organización internacional Oceana.

Como una extensión de la investigación Gato x Liebrepresentada en marzo de 2019, Ocena lanzó ahora el estudio Agua por Pescado: al analizar 82 muestras de pescados y camarones congelados adquiridos en 10 supermercados de la capital, se encontró que en el 98 por ciento de los casos, el consumidor paga la cubierta de hielo al mismo precio que el producto marino; pero la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (Profeco) no aplica sanciones, porque no existe un marco legal que regule esa práctica fraudulenta.

Al respecto, Oceana propone un etiquetado claro para los pescados y mariscos. (Especial)
"Lo que descubrimos es alarmante, el 98 por ciento de las muestras tenían glaseado sin informar y los porcentajes van desde 4 hasta 57 por ciento, y en todos los casos te cobraron el agua hecha hielo. En el caso de los camarones importados tenían 57 por ciento de glaseado; compramos un kilo de camarones de los que terminó siendo simplemente 430 gramos camarones y los otros 570 eran agua", denunció Renata Terrazas, directora de Campañas de Transparencia de Oceana en entrevista con MILENIO.

Ya que en México el glaseado no está regulado, se abusa en el porcentaje de agua congelada que se añade a los pescados y mariscos; además de que se desconoce en qué etapa de la cadena se aplica, si es en la planta procesadora o en el propio supermercado. Lo que encontró la organización es que se realiza de manera frecuente en filetes de pescados y camarones congelados.

“Estamos comprando agua a precio de pescado y camarón, y no nos están informando; cuando tu vas al súper y ves un kilo de basa o tilapia importada en 90 o cien pesos, la realidad es que no es su precio final, no estás comprando un kilo de pescado, estas comprando 700 gramos o hasta medio kilo que te lo venden como si fuera un kilo de pescado”, lamentó.
"Si no están todos los actores competentes, no se puede construir la política de trazabilidad de toda la cadena", afirmó la investigadora. (Fanny Miranda)

La experta destacó que esta práctica genera una competencia desleal para los productores mexicanos, ya que los pescados y camarones importados son los que mayor porcentaje de glaseo presentaron; el fraude se encontró principalmente en camarones, así como en basa y tilapia de las 15 especies de pescado analizadas.

"Encontramos patrones, del 30 al 57 por ciento que son los porcentajes mas altos, todo es producto importando; el producto nacional tiene menos del 30 por ciento de glaseo; en promedio tiene menos del 20 por ciento. Entonces, si ves en el supermercado camarón mexicano a 380 pesos el kilo, frente al camarón importado que en promedio está en 270, puedes pensar que es más barato y lo compras, sin embargo, el camarón importado trae en promedio 31 por ciento de glaseado, frente al 13 por ciento de producto nacional, cuando echas números, prácticamente es el mismo precio", indicó.
Ya que en México el glaseado no está regulado, se abusa en el porcentaje de agua congelada que se añade a los pescados y mariscos. (Especial)

De acuerdo con el estudio, el camarón importado cuesta en promedio 290 pesos por kilo en los supermercados, pero tiene 31 por ciento de glaseado -la cubierta de agua congelada-, por lo que un kilo termina costando 427 pesos.

Mientras que el camarón nacional en supermercados cuesta en promedio 386 pesos por kilo, con un 13 por ciento de glaseado, así que termina costando 444 pesos; de tal forma ambos tienen casi el mismo precio, aunque la percepción para el consumidor es que los importados son mas baratos, pero termina defraudado al pagar más.

Renata Terrazas sostuvo que la solución a este fraude es implementar una política de trazabilidad para brindar información sobre los procesos por los que pasó el pescado "del barco al plato", que ya está en proceso de análisis con autoridades de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y del Servicio de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) -organismos de la Secretaría de Agricultura-, pero se requiere la incorporación de la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (Profeco), la Secretaría de Economía y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para consolidarla.

La Profeco no aplica sanciones, porque no existe un marco legal que regule esa práctica fraudulenta. (Especial)
"Si no están todos los actores competentes, no se puede construir la política de trazabilidad de toda la cadena. Todos los esfuerzos de que no te vean la cara como consumidor, de evitar la comercialización de un producto ilegal quedan sueltos, porque no están todas las autoridades pertinentes, y a Profeco le corresponde evitar que a ti como consumidor no te defrauden, Profeco no está protegiendo el último punto de venta, que son los supermercados", enfatizó.

Con su propuesta de trazabilidad, Oceana también propone un etiquetado para los pescados y mariscos, en el que se incluya el nombre comercial y científico de la especie marina, el nombre de la embarcación, numero de identificación y permiso; dónde fue capturado, con qué arte de pesca, en qué fecha, así como información sobre los procedimientos realizados después de la captura como congelación, glaseo, empaque.

EB

  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.

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