La flor de cempasúchil es bien conocida por su uso ornamental en los festejos del Día de Muertos, pero también tiene un importante uso industrial como colorante utilizado en los alimentos.
Pese a que la flor es originaria de México, China domina la producción de los pigmentos que se utilizan en el país, dijo Salvador Villalobos, especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
“Se importa aproximadamente para la demanda de México más de cien toneladas de resinas y estamos hablando de que cada gramo cuesta alrededor de 25 a 30 centavos de dólar por gramo, lo que suma varios millones de dólares”, señaló en entrevista con MILENIO.
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En el continente americano existen 58 especies de flor de cempasúchil, de las cuales 35 son mexicanas, y solo dos se cultivan en el país, Tagetes erecta y Tagetes patula.
En tanto, en el mundo se han registrado aproximadamente 180 variedades cultivadas en Rusia, China, India, Holanda y Estados Unidos, además de México.
La flor de cempasúchil es bien conocida por su uso ornamental en los festejos del Día de Muertos, pero también tiene un importante uso industrial
“Actualmente se utiliza para agregarlos a los alimentos de peces y aves para pigmentarlos, por ejemplo, los pollos por naturaleza tienen la piel blanca, no amarilla; el camarón es de un color gris, pero ya con estos pigmentos adquiere ese color naranjita o sí atractivo para la vista básicamente”.
En el continente americano existen 58 especies de flor de cempasúchil, de las cuales 35 son mexicanas, y solo dos se cultivan en el país, Tagetes erecta y Tagetes patula; mientras que en el mundo se han registrado aproximadamente 180 variedades cultivadas en Rusia, China, India, Holanda y Estados Unidos, además de México.
El investigador agregó que en cuanto a la semilla que se utiliza para producir flores en maceta, casi el 90 por ciento son| mejoradas híbridas de empresas fuera del país, principalmente China, y el otro 10 por ciento son variedades nacionales.
“Ya los agricultores están empezando a manejarlo y con manejo de poda pueden llegar a tener planta pequeña y eso reduce mucho el costo de la flor”.
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Sin embargo, destacó que el 90 por ciento de la flor de corte, –es decir, la que no viene en maceta–, si se produce con semillas mexicanas, “los agricultores mexicanos, mucho plasma de la semilla, ellos la han estado han estado mejorando y conservando estamos hablando de miles de trabajadores en el centro sur del país”.
En México, el cempasúchil también tiene un uso medicinal, por ejemplo, en el tratamiento de la diarrea; actualmente, el doctor Salvador Villalobos del INIFAP, estudia la flor para reducir patógenos del suelo y el control de plagas y malezas en cultivos, ante una mayor demanda de controladores de plagas totalmente orgánicos.
“Ahí es donde entra desarrollo muy importante, porque ahorita hay una situación muy alarmante que está limitando la productividad de los cultivos, que son las enfermedades asociadas al deterioro de los suelos y son principalmente nemátodos y ácaros; entonces ahí donde entra este cultivo porque nosotros estamos probando que podemos utilizarlo para reducir las poblaciones de éstos, que afecten menos a los cultivos o en su caso este sembrarlo como un cultivo de rotación y de esa forma, reducir el impacto de las plagas del suelo sobre los cultivos”.
El especialista trabaja en la generación de estas variedades cien por ciento mexicanas para que puedan ser adoptadas y utilizadas por los productores para multiplicarlas, ya que se requiere de su reproducción para conservar el material genético puro y así, producir mayor número de manojos por hectárea.
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HCM