Hoy el atrio de la Catedral no se verá con la aglomeración de los contingentes de fieles que participarían en la XXIX Procesión de Viernes Santo, a las 11:30 horas, ya que fue cancelada ante la pandemia del coronavirus que hasta ayer ha cobrado la vida de 23 poblanos.
Se esperaba la participación de más de 150 mil personas durante la XXIX Procesión de Viernes Santo, y que es una de las más concurridas y nutridas del país, además de ser una de las más fuertes del Continente Americano.
La Procesión de Viernes Santo en Puebla, tiene su origen en una antigua tradición que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del S. XIX.
Durante los 29 años de la Procesión de Viernes Santo, han participado 7 imágenes, 6 que procesionan y una que preside. De no haberse cancelado la procesión, este día, las imágenes procesionales de Cristo en su camino al calvario y de la Virgen Dolorosa y cinco bellas esculturas serían llevadas en andas por sus grupos de porteadores, así como los tamborileros y matraqueros que marcan el paso de la peregrinación por las calles del centro; además las bandas de música que acompañan al cortejo, los niños vestidos de angelitos, las congregaciones de católicos y todos los fieles y visitantes que se hubieran sumado al evento.
La procesión debió haber iniciado su recorrido por las principales calles del Centro Histórico, haría un alto y una segunda reflexión en las afueras del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe y después de continuar, culminaría a las 15 horas en el atrio de la Catedral de Puebla con la impartición de la Bendición Papal que permite ganar la Indulgencia Plenaria a los participantes en ella.
Para este año se esperaban más de 150 mil fieles; además mil voluntarios que harían el cerco y darían información a los asistentes de la procesión de Viernes Santo; se llevarían a cuestas a siete imágenes, seis que procesionan y una que preside y que se queda en el atrio de la Catedral de Puebla, el Cristo de la Expiación. Ésta sería encabezada por la imagen del Niño Doctor de Tepeaca, detrás la Virgen Dolorosa del Carmen; luego Nuestra Señora de la Soledad; Jesús de las Tres Caídas; Jesús Nazareno de San José; y cerraría el Señor de las Maravillas del templo de Santa Mónica.
Sería la XXIX Procesión de Viernes Santo, una de las más concurridas y nutridas del país, que tiene su origen en una antigua tradición que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del siglo XIX; luego se suspendió durante el periodo de la Reforma. En el año de 1992 cuando se revivió esta importante y fervorosa tradición para recorrer así algunas de las principales calles del Centro Histórico.
El pasado 17 de marzo, que ante la segunda fase de la pandemia del coronavirus, que el Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y con el objetivo de salvaguardar la salud de los poblanos en este acto religioso, se decidió cancelar la XXIX Procesión del Viernes Santo.
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