Pese a mezclar toneladas de pólvora, miles de danzantes y alcohol los festejos llegan a su fin sin muertes que lamentar
Una tradición que este año cumple su edición 155 ha superado sismos, crisis económicas y ahora una pandemia, el carnaval es una parte fundamental para los huejotzingas, ahora, los trajes coloridos y la música tomarán una pausa de unos meses, para el próximo año volver a adueñarse de las calles de este municipio.
Con el cierre de carnaval termina una fiesta de más de 4 días seguidos de música de banda, pólvora y pese a las medidas de regulación por parte del municipio, el consumo y venta de alcohol también fueron parte del festejo.
Desde niños, el pertenecer a algún batallón es casi una obligación, desde bebés de brazos, hasta personas de la tercera edad vistieron sus mejores galas para esta fiesta tan arraigada en la población de Huejotzingo.
Durante el día de remate o cierre de carnaval los batallones de Zapadores, Zacapoaxtlas, Indios, Turcos y Suavos llenaron de color y música las calles desde la mañana para a las 13:00 horas iniciar el desfile, pasar por la Villita de Guadalupe y recorrer las calles del vecino municipio hasta la representación del rapto de la doncella y la quema de la choza.
Todo el tiempo bajo la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad tanto del municipio como del estado para evitar que ocurriera algún enfrentamiento o accidente, con casos contados de detenciones a participantes y visitantes, el carnaval de Huejotzingo concluyó sus actividades con saldo blanco.
AAC