Conmemoran el Día Mundial del Autismo

Para Fernanda, el cuidar de su hijo “es una responsabilidad muy grande, un trabajo constante, una responsabilidad grande, aprender que las cosas no son siempre planeadas".

Este jueves 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. (Andrés Lobato)
Este jueves 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. (Andrés Lobato)
Rafael González
Puebla /

Este jueves 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una jornada para sensibilizar sobre este trastorno que afecta la capacidad de las personas para comunicarse e interactuar con los demás.

Fernando, tiene cuatro años de edad. El pequeño tiene autismo de alto funcionamiento. Le gusta nadar, los dinosaurios, la caricatura de Peppa Pig, pasear, ir al parque, correr en espacios abiertos, comer golosinas y pollo.

Su madre, Fernanda Paredes, señala que el autismo no define a una persona, únicamente representa una parte de su personalidad. “Tiene autismo, pero no es todo lo que es”.

Para Fernanda, el cuidar de su hijo “es una responsabilidad muy grande, un trabajo constante, aprender que las cosas no son siempre salen como las planeas, que la vida te da sorpresas, condiciones de vida distintas, te hace comprender que los hijos que no tienen porque cumplir con las expectativas de los padres, sean cuales sean, te motiva a guiarlos para ser lo más independientes y felices que puedan.”

El pequeño acude a clases; cursa el primero de kínder y está escolarizado desde maternal. Comenta que no todas las escuelas están preparadas para trabajar con niños dentro del espectro, incluso necesitan una maestra sombra o maestra de apoyo para hacer más sencilla su inclusión a las aulas. 

Señala que actualmente su hijo se encuentra en un colegio donde saben qué es el autismo y cuentan con una psicóloga que realiza adecuaciones curriculares para que los niños avancen grados y a la vez que avanzan socialmente, el programa se cambia para que su aprendizaje sea efectivo.

Detalla que con la adecuación curricular se busca que los niños estén con sus pares, es decir, niños de su misma edad pero cambia la manera de enseñarles los contenidos e incluso los programas escolares; por ejemplo, los libros. 

Indica que su pequeño tuvo una maestra sombra a petición del colegio donde estudiaba el maternal porque las maestras no tenían la capacidad física para cuidar a su menor, ya que eran 14 niños y en su nuevo colegio son 8. 

Ese apoyo se le brindó durante un año, al lograr un avance conductual ya que para Fernando era difícil permanecer sentado y poner atención. “Ponía en riesgo su vida porque se subía a las mesas, daba de vueltas, hacía muchas cosas. Pero después fue complicado mantener a la maestra sombra, implicaba mucho gasto”.

En la atención del pequeño también está presente su padre, quien labora de 8 a 18 horas de lunes a viernes, pero los fines de semana se involucra de manera total en compartir tiempo de calidad.

“Fernando es un niño muy cariñoso, le gusta mucho recibir apapachos, que le aplaudan”, lo describe su progenitora, quien reconoce que derivado por la contingencia sanitaria por el covid-19 su hijo dejó de recibir terapias. 

“Está muy acostumbrado a la rutina, le gusta mucho la rutina. Entonces, para trabajar en casa, tengo que tener una rutina diaria, tengo que hacer las mismas cosas y tener planeado todo su día, tenemos que trabajar las cosas que le mandan las terapeutas”, finaliza


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