Alejandro Aboytes, originario de Tepeapulco, tiene seis años con su cafetería móvil, de los cuáles los últimos tres los ha pasado en el cruce de las calles de Manuel Dublán y Vicente Segura, a un costado del Parque del Maestro, en la ciudad de Pachuca.
En una pequeña combi roja vende café de Coatepec, Veracruz y de San Bartolo Tutotepec en Hidalgo; además de Chiapas y Guerrero, también prepara café americano, expresso, capuccino, latte, mocha y mocha maní. Lo que más le piden sus clientes son capuccino y americano.
“Ha sido un camino encontrar clientes que les guste ese tipo de café y valoren un buen expresso, pero ya que lo encuentran y lo prueban sí han regresado, lo han recomendado y es como me he hecho de clientela”, dice.
Alejandro vende café de lunes a viernes de ocho de la mañana a 12 del día en una esquina del Parque del Maestro que da hacia la avenida Juárez en donde sus clientes ya lo ubican. Los precios de su café van de los 30 a los 45 pesos en vasos de 12 y 16 onzas.
Cuenta que se estableció en este sitio ya que es una “zona godín” pues hay varias oficinas de gobierno cerca, sus clientes son los funcionarios además de los vecinos de las casas cercanas.
“Era un esquina en donde no había nada de comida, no había cafeterías cercanas y era un paso natural para los que iban a gobierno, anteriormente estuve en las oficinas del PRI estatal y ahí varios clientes que venían a gobierno me comentaban que me viniera para acá, me lo decían como broma y me lo tomé muy enserio y me vine para acá desde hace tres años”, dice.
Alejandro, emprendedor de 35 años y radicado en Pachuca de Soto, cuenta que la gente ha recibido bien el café en el sitio en el que lo vende.
“La gente poco a poco se ha ido acostumbrando, sí lo ha ido recomendando y sí ha estado bastante bien”, dice, al tiempo de reconocer que falta apoyo para los emprendedores por parte de las autoridades.
Alejandro cuenta que no es la primera cafetería móvil en la ciudad pues anteriormente había una llamada Kopy Luwak, que se encontraba en el centro histórico además de haber algunos remolques.
Sin embargo, dice que sí es el primero en tener en una cafetería móvil una máquina doble de expresso, las personas pueden probar el café en métodos de preparación manual.
-¿Cómo te han recibido los clientes en esta esquina con la venta del café?
-Pues bastante bien porque probar diferentes perfiles de café es algo nuevo para ellos, cada proceso es diferente y es parte de lo que le vendemos a los clientes.
-¿Y cómo debe saber un buen café?
-Un buen café debe ser una taza balanceada, debe tener sí un poco de amargo, un poco de acidez y debe tener algo de dulzura, un buen cuerpo y un aroma agradable.
-¿Debe o no llevar azúcar el café?
-Pues no necesitaría azúcar, si es un buen café con buenos procesos es naturalmente algo dulce, pero yo recomendaría probarlo sin azúcar.
Tras seis años de vender café en las calles de Pachuca, Alejandro asegura que sí es rentable su modelo de negocio móvil, no paga la renta de un local pues se desplaza fácilmente en su combi y es su propio jefe.