"Aquí hay dragones", advertían los mapas medievales, acompañados del símbolo de una serpiente.
En la era del covid-19, hay una versión actualizada: "¡Cuidado, está entrando a una zona de alto contagio!".
Es la advertencia en uno de varios letreros y cartelones que tienen el mismo mensaje: aquí el virus pulula. Vive. Se multiplica, se contagia y viaja. Y por eso hay que ser cuidadoso. La advertencia cuelga en 89 puntos de la Ciudad de México, considerados como focos rojos.
Como en la entrada del Centro de Transferencia Modal de Pantitlán, donde aparentemente, ha tenido efecto: luce vacío.
¿Cómo limitar la movilidad en estos, los puntos más contagiosos de covid-19 en Ciudad de México? El gobierno capitalino tiene una estrategia: comunicar con miedo.
Y ha funcionado. La pandemia de covid-19 arrasó hasta con la sombra de más de un millón de usuarios que a diario transitaban por la zona. Ahora, este lugar se encuentra tapizado de carteles y panfletos igual de directos: "Utilice gel antibacterial y conserve la sana distancia".
¿Por qué el cambio de estrategia? Porque nadie hacía caso. En días pasados, los usuarios ignoraban olímpicamente los llamados gubernamentales a evitar aglomeraciones en la zona.
Tampoco es que sea tan fácil: la estación del Metro Pantitlán tiene conexión con cuatro líneas (Línea 1, Observatorio-Pantitlán; Línea 5, Politécnico-Pantitlán; Línea 9, Tacubaya - Pantitlán y Línea A, La Paz –Pantitlán) y un sinfín de rutas que se dirigen a los municipios de Nezahualcóyotl, Chalhuacán, Chalco, Ixtapaluca.
Y el miedo parece haber cundido. Y entonces, sale el gel. Y sale la higiene. Y el cuidado debido. Previo a realizar un viaje, los choferes limpian sus unidades, por dentro y fuera, con agua y cloro. Posteriormente, acuden a un tambo, que contiene agua clorada, con la que lavan sus manos, "pues reciben dinero y pues como protección".
En las unidades, junto con el coronavirus, también viaja Susana Distancia.
"Ya no se están yendo llenas. Normalmente se están yendo con 17 pasajeros, pero ahorita con la epidemia que tenemos se están yendo con un promedio de ocho a nueve personas por la prevención y salud de usuarios", explica Misael Chimalpopoca, líder de un corredor del Cetram Pantitlán.
***
Lo mismo sucede en la paradero de San Lázaro - en donde convergen dos líneas del Metro (Línea 1, de Observatorio a Pantitlán y la B, Ciudad Azteca - Buenavista), así como el Metrobús que recorre el Centro Histórico- en donde es obligatorio portar guantes, además de gel antibacterial.
Incluso, los transportes foráneos –externos a la central de autobuses Tapo- disminuyeron el número de usuarios para conservar la sana distancia de los pasajeros.
"Diez usuarios nada más para que lleven la distancia obligatoria, su cubrebocas, desinfectantes. Y el operador no puede hacer otra parada más lo que se llevan aquí y no se recoge a nadie", dijo Ángel, conductor que se dirigía a Veracruz.
Pero así como en el medievo había quienes se aventuraban aun ante la presencia de serpientes, también en la era del covid-19 hay los que retan al virus.
En el Cetram Observatorio, a pesar de que mantienen medidas de higiene, aún se mantiene la concentración de puestos informales que comercializan cosas no esenciales: tenis, artículos para celular, ropa, discos y dvds, entre otros.
-¿Si les dieron permiso para seguir trabajando?
-No, pero pues uno tiene que sacar para comer. Lo he dicho: o te mueres por el virus o te mueres de hambre, enfatiza José. Vende accesorios para celular afuera del Metro Observatorio.